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sábado, 23 de noviembre de 2013

EXO: Diario del Capitán Wedge T. McCoy. 1

Este es el pequeño diario de abordo que llevaré de la partida de EXO que estamos jugando. Interpreto a un jefe de ala y piloto espacial que le han asignado una, en principio, misión rutinaria. Esta es su historia.


Díario de a bordo. Fecha estelar 3454. a 34 días 19 horas y 15 minutos del comienzo de la misión. Soy el capitán Wedge Tyberius McCoy en misión estelar para la República Federal Planetaria. Me han asignado a mi cargo a un peculiar grupo, compuesto por mi hermano, Iskander McCoy, científico de reputado prestigio, a un joven teniente, recién salido de la academia y que aun no recuerdo su nombre y a McKlain, un al parecer expeditivo y violento agente de seguridad.

La misión de nuestro grupo, consistía en unirnos a la tripulación de un destructor clase Invencible, llamado Desera III y allí ocupar una nave de transporte con la asignación ZX94. En principio debíamos socorrer una nave que había lanzado un SOS al espacio y había sido interceptado por la RFP, lo extraño era que el encargo de esta misión rutinaria, venía desde un general, lo cual nos debería de haber puesto bajo alerta.

En un primer momento, partimos con el destructor a donde teníamos que encontrar la dichosa nave, pero lo único que encontramos era un planetoide tipo "bola de nieve" entorno a una estrella enana marrón y sin signos de habitabilidad o ocupacionales. El rastreo que hicimos del planetoide, nos reveló la presencia de elementos de procedencia artificial, lo que nos llevó a suponer que quizás fuera la nave aterrizada o sus restos.

Descendimos a la superficie del planeta y nos acercamos a la estructura, tuvimos que perforar con sopletes y cortadoras laser y con el viejo y tradicional método de pico y martillo, para conseguir acabar con la espesa capa de hielo que había frente a la estructurca ocultándola.
Nuestra sorpresa fue mayúscula cuando pudimos comprobar que se trataba de una placa antigua con una figura antropomórfica en la inscripción. McKlain presionó la figura haciendo que el complejo se abriese frente a nosotros.

Los cálculos de mi hermano, nos avisaron de que los seres que allí vivían eran más corpulentos que los humanos y que posiblemente no dependiesen de los trajes de superviviencia que usábamos nosotros para movernos en tan extremo entorno. Se mostraba frente a nosotros una serie de escalones de unos 50 cm que usamos para el descenso hasta el fondo.  Encontramos la presencia de 6 robots inactivos y un panel con una serie de rayos y dedujimos que se trataría de una especie de código. McKlain tuvo la mala fortuna de activar uno de los pulsadores e hizo que un robots tomase conciencia y abriese fuego sobre el, hiréndolo gravemente, aunque pude abatir a tiros al robots. Usamos sus restos para seguir pulsando, hasta que activamos otro robots y destruyó el que yo había desactivado con mis disparos. Posteriormente, el teniente pulsó un botón e hizo que se avalanzacen sobre el los disparos de los demás robots, que pararon tras verlo en el suelo, milagrosamente, logró sobrevivir y lo estabilizamos. Mi hermano, logró deducir el patrón matemático que seguían los pulsadores y pudo resolver el problema de apertura sin lamentar más heridos.

Se abría ante nosotros una espectacular semiesfera, con un kilómetro de caída, terminado en otra semiesfera y con una distancia que no podíamos salvar sin los jetpacks, por lo que volvimos a la lanzadera y dejamos allí a nuestros compañeros heridos y recogimos los jetpacks. Ya bien equipados, pudimos salvar el salto y llegar a una inscripción similar, que al pulsar los botones, empezó a abrirse pero quedó atrancada, por lo que logramos derribar la puerta a base de fuerza bruta.

En el interior nos topamos con una sala cúbica con tan solo una grieta al fondo y una esfera de negra de unos 40cm de diámetro. Al tocar esa esfera, de repente, no se si fue fruto de la causalidad o la casualidad, nuestros equipos de superviviencia empezaron a perder energía, así como la lanzadera orbital y nuestra nave. Quizás milagrosamente y dando gracias al Hacedor, pudimos escapar allí con la energía justa en los jetpacks para escapar del derrumbe y llegar a la superficie. Casi pierdo la vida al posar a mi hermano y acabarseme la energía, solo el hecho de que me lanzara una cuerda para poder agarrarme, salvó mi vida.

Ya en la lanzadera, regresamos a la ZX94, donde Isabelle, nuestra IA bautizada así por nosotros, nos informó de que solo quedaba energía para los soportes vitales y el motor. También localizamos mediante los sectores un punto de impacto, pero era muy pequeño en comparación con el impacto que haría una nave estelar. Decidí que aguardásemos 24 horas estandar para ver que sucedía, y para nuestra sorpresa, vimos como una nave, fabricada con algún tipo de polímero plástico, atravesaba la órbita del planeta como si nada y alcanzaba una velocidad 3 veces mayor a la de la luz, cuando daba el salto hiperespacial. Nosotros mientras tanto, tratábamos de averiguar que diablos pasaba, y para nuestra desgracia, descubrimos que todo lo grabado por nosotros del yacimiento y de la misión, había sido borrado por una inteligencia artificial, que tomo momentáneamente el control de la nuestra y mandó un mensaje al planeta Boros.

Tras estos desconcertantes acontecimientos, decidimos dar el salto hiperespacial a una Estación Orbital de la RFP, dónde teníamos que reunirnos con nuestro destructor madre, aunque habíamos llegado antes que ellos. En la estación, atendieron medicamente a nuestros compañeros y pudimos disfrutar de unos 3 días de descanso, donde se anunció un asalto pirata a una nave y nos topamos con un curioso personaje que buscaba a unos amigos, acompañado de unos peculiares seres. La tranquilidad de nuestro descanso fue turbada, cuando de repente hizo su aparición una nave Iroiendi, algo que no se veía en muchos años. Esta especie de raza "superior" apareció con un crucero a varios miles de kilómetros de nuestra flota y anunció que en la estación espacial se encontraba un peligroso terrorista y que lo estaban buscando ya que había inoculado una cepa de virus extraña y ponía en cuarentena a la estación espacial so pena de reducir a cualquier nave que osase abandonar el sector por la fuerza. Enviaba pues una sonda para darle caza al terrorista.

Enviaron una sonda y nos ordenaron a nosotros, por no ser parte del personal de la Estación, pero si militares de la RFP, a tratar de buscar a esos terroristas. Nos topamos con la sonda de los Iroiendi y justo después nos empezamos a sentir con una especie de resfriado. Logramos parar un pequeño motín y toparnos con varios soldados del destructor madre de nuestra nave, e informar de lo ocurrido hasta entonces, decidimos buscar a los estraños seres que nos habían mencionado, ya que quizás pudiesen tener la conexión con los Iroiendi. Un drogadicto, nos informó previo pago, de que podrían encontrarse en los sectores más bajos de la estación espacial. Por lo que descendimos hasta ellos. Allí nos topamos con un simpático mercader de la raza Jional,unos seres muy bajitos, amigables y habilidosos comerciantes. Esta personita, llamada Cheinik  nos vendió ropa normal para evitar disturbios por nuestros uniformes y nos dió información muy jugosa de dónde preguntar por ellos y encontrarlos. Atravesamos todos los bajos fondos y llegamos a un local de alterne dónde nos dijeron que los tipos estos, aprovechaban la cobertura del Desera III, nuestro crucero, para escapar de los Iroiendi y dar el salto, y que acababan de hacerlo hace 3 minutos, frustrando cualquier intento de entablar conversación con ellos.

De la conversación con el mercader jional, sacamos la conclusión de que el ataque pirata y el virus eran un montaje de los prepotentes Iroiendi para dar caza a los misteriosos seres que habían huido, así que más movidos por la curiosidad, aunque no por ello, también movidos por el temor de una represalia sobre nuestros conciudadanos y un ataque a los intereses de la RFP. Decidimos partir inmediatamente, aunque nos llevasen unas 3 horas de ventaja en el momento que escribo estas líneas. Isabelle mantiene la nave y programa el salto hiperespacial, el joven teniente me prepara una reconfortante y necesaria taza de café y todos con el equipo preparado y las heridas sanadas. Nos vamos a investigar este extraño caso, saltando hacia Boros, el planeta a donde se envió el mensaje desde el mundo helado, con la esperanza quizás, de encontrar alguna pista o pieza para el extraño rompecabezas, donde creo que está todo conectado, aunque no se decir porque lo está.


Capitán Wedge T McCoy. Corto y cierro.


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