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jueves, 29 de septiembre de 2016

Crítica a Los Siete Magníficos.

Esperaba con muchísimo entusiasmo e ilusión esta película dirigida por Antoine Fuqua. Es un director que no me desagrada y que sus productos de acción me parecen correctos y entretenidos y tienen lo mínimo para complacerme como espectador. Tengamos en cuenta que es un remake de la película de John Sturges y así mismo del inmortal e imperecedero film de Akira Kurosawa Los Siete Samurais.

La trama en esencia se mantiene, un villano muy malvado oprime a un pueblo de personas honestas y trabajadoras, frente a los abusos del malvado deciden buscar a siete héroes que les enseñen a luchar y que dirijan la defensa de su tierra contra las fuerzas del mal. A título personal, la trama me parece una de las mejores que jamás se han podido concebir por mente humana y me resulta profundamente emocionante. Sí es cierto que no es en absoluto original, pero me parece bella y hermosa.

Con esta premisa Nick Pizzolatto y Richard Wenk construyen un guión con esa premisa en mente. El villano resulta ser un empresario capitalista que quiere robarle las tierras a unos colonos, con la premisa de que en esas tierras hay una mina de oro y que el pretende explotar a toda costa. El villano Bartholomew Bogue es encarnado por Peter Sarsgaard en un papel despótico y lleno de maldad que hace que el espectador/a automáticamente se posicione del lado de los habitantes del valle que sufren su opresión. Quién tendrá la resolución de ir a buscar a los siete héroes será Emma Cullen, personaje interpretado por Haley Bennet.

Cada uno de los siete héroes está sumamente bien definido y caracterizado, aportando cada cual sus talentos y habilidades al equipo. El elenco que los encarna está bien escogido repartiéndose de la siguiente manera:
  • Denzel Washington como Sam Chisolm, caza recompensas y líder del equipo
  • Chris Pratt como Joshua Faraday, irlandés mujeriego, borracho y jugador. Gran habilidad con dos revólveres
  • Ethan Hawke como Goodnight Robicheaux, un ex soldado confederado y experto tirador.
  • Vincent D'Onofrio como Jack Horne, un rastreador y trampero de las montañas.
  • Byung-hun Lee como Billy Rocks, asesino y experto con los cuchillos.
  • Manuel Garcia-Rulfo como Vasquez, un fuera de la ley mexicano
  • Martin Sensmeier como Red Harvest, un guerrero comanche.

El principal defecto que le veo a la película es que ha sufrido cortes en la sala de montaje. Hace que el tramo de acción final sea un poco caótico y que no se profundice más en los personajes de Red Harvest y de Emma Cullen. Personajes interesantes pero que no da tiempo a mostrar sus tramas y sus motivaciones. Cabe decir que sin embargo, el grupo de los siete héroes está muy bien definido y cada actor da una personalidad muy delimitada y carismática a cada personaje y que se agradece el equipo multiétnico de personajes y lo bien diferenciados que están unos de otros en su estética, carácter y habilidades.

La música principal que corría a cargo del difunto James Horner fue terminada por Simon Franglen. Mantiene y respeta el tema original de Bernstein, no obstante aunque la banda sonora mantenga en tensión y sea muy adecuada a la película, Horner vuelve a hacer su habitual autoplagio y usar el ya manido "parababarará" en la partitura de forma repetida, como en Troya o en Enemigo a las Puertas.


En resumen, considero que es una película de entretenimiento digna y decente. No es una obra maestra, pero es un western atractivo y entretenido. Deja en buen lugar a la película original y espero que siga manteniendo la exigua tendencia de filmar western en los tiempos que corren. Que no en vano es mi género favorito.

martes, 27 de septiembre de 2016

Crítica a Pokémon Origins y Generations.

Me vais a permitir en esta entrada un poco apelar a la nostalgia. Yo que me considero una persona particularmente crítica con esto, resulta que he caido y he picado como un pardillo con unos cuantos productos que apelan a esta directamente. Y no, no se trata de la muy entretenida serie Stranger Things, sino de los productos de animación de Pokémon.

No me refiero al anime habitual con Ash de protagonista, si no la miniserie de Origins y la actual miniserie de Generations. Y es que pienso que nunca se ha contado desde la perspectiva narrativa ni tan bien ni con tanta calidad la historia del mundo Pokémon.  Se que es apelar a el muchacho o muchacha de 11 años que flipaba con los tazos de Pokémon, que fundió su cartucho de Game Boy y que coleccionó el álbum al completo de Pokémon. Y yo que más allá de Oro/Plata no he seguido el producto, pero sin embargo el tratamiento de Origins y Generations me parece de una calidad y un respeto abrumadores. Emanan una lealtad absoluta al videojuego original y sí aunque es un producto para fans única y exclusivamente, no deja de ser una historia bien narrada, un buen trabajo de animación y un buen planteamiento de las situaciones dramáticas.

En Origins el antagonismo está entre Red y Blue, Red es el muchacho que todos y todas que amamos Pokémon alguna vez quisimos ser. Red es un chico joven, entusiasta, con ganas de aprender y que se embarca en un viaje iniciático que le hará crecer no solo como entrenador Pokémon si no como persona. Red tiene un fuerte sentido de la justicia y aunque se equivoca y fracasa, se levanta para seguir peleando una y otra vez. Blue sin embargo, aunque es un chaval talentoso peca de ser arrogante y pendenciero. Así mismo aparece el enemigo común que es la banda criminal, de atuendo facistoide, del Team Rocket contra la que deberán enfrentarse ambos entrenadores, en especial Red.

La reorquestación de la banda sonora del juego es un trabajo excelente, la música inspira a la aventura, el deseo de conocer mundo, de viajar y de vivir emociones. Red entronca con ese espíritu que podemos ver en personajes como Tintín, Mowli, Caín y Pandora Groosvenore de como experimenta este viaje que le cambiará para siempre y le hará ser mejor persona. La música está perfectamente medida para expresar esas emociones y esos sentimientos, la intensidad de una pelea, el misterio, el calor del hogar.

Resulta especialmente reseñable el enorme y cuidado trabajo de animación, huyendo del shonen habitual y manteniendo una línea clara que no caiga en el fanservice habitual del anime, si no que el cariño del fandom venga por ser un producto de calidad y bien hilado.  Destacan también la gran calidad de las escenas de acción, el dinamismo de los combates Pokémon, en Generations resulta espectacular ver la redada contra Giovani que aparece en el episodio número 2. Es una animación bien hecha, cuidada y con una buena planificación de planos y de montaje.

Las únicas críticas negativas que le puedo hacer a Pokémon Origins y a Pokémon Generations son que son un producto que pecan demasiado en ser para fans y que una persona que no tenga ni pajolera idea de este mundillo quizás no vea lo que el colectivo fans amamos y admiramos de esto. Por otro lado es la brevedad que tiene el producto. Origins debería de haber sido una miniserie de al menos una docena de episodios para contar en detalle las muchísimas aventuras que se suceden en la primera generación del juego. En Generations los episodios apenas duran unos minutos, que sin embargo nos muestran detalles del universo de ficción que resultan muy interesantes.

Así que pido disculpas por este ataque de nostalgia y agradezco mucho que me leáis.

domingo, 25 de septiembre de 2016

Crítica de El Hombre de las Mil Caras.

Alberto Rodriguez actualmente es mi director español favorito. Sus tres últimos trabajos en la gran pantalla me han encandilado de forma bastante grata y las temáticas que ha escogido para sus cintas. Dos policíacas en lo más sórdido de la Andalucía de los 80 y 90 (Grupo 7 y La Isla Mínima) y ahora vuelve a los años 90 pero con el género de espías y tocando uno de los escándalos más sonados de la democracia española, y por desgracia no por poco habitual ni porque no sea noticia recientemente.

Rodriguez desmenuza con sumo detalle y cuidada ambientación la trama de Luis Roldán y el hombre que se encargó de sacarlo y traicionarlo, el ex agente del CESID Paco Paesa. La trama respira y enhala todo el espíritu que se puede encontrar en una novela o película de espías. Lejos del glamour de 007 aunque con cierto toque de clase y distinción. En ese aspecto la dirección artística está sumamente bien trabajada. Casas grandes y decadentes, personajes cutres pero con ínfulas de grandeza, personajes que por desgracia son muy reales y que están muy bien retratados. Vemos por ejemplo a Roldán fingiendo ser más culto de lo que realmente es a lo largo de la cinta y como se nos muestra eso. Paesa muestra ser un perdedor absoluto y definitivo, la vida que ha escogido es miserable y le aparta del camino más seguro y de la estabilidad emocional más básica.

Insistiendo en la dirección artística, la película recalca ese explendor falso que supusieron los años 90. Interiores ligeramente iluminados, casi de forma fantasmal con enormes plantas. Acompaña esto una fotografía con tonos cálidos en la mayoría de los casos para mostrar la sensación de dinamismo y tensión de la película, los tonos oscuros en las situaciones evidencian la sordidez de todo el asunto. La música a cargo de Julio de la Rosa es magistral, imperan las guitarras eléctricas que suenan de forman rítmica y con la cadencia de un martillo neumático. Totalmente acorde para la película de espías que se trata.

Las interpretaciones del trío de protagonistas son impecables, José Coronado ejerciendo de narrador de la película en el personaje (ficticio) de Jesús Camoes, quizás el personaje más aventurero y el más parecido al arquetipo del espía como 007. Guaperas, carismático y seductor y sin embargo totalmente alejado del verdadero espía, Paco Paesa. Este ,interpretado por Eduard Fernández, su personaje es totalmente un maestro de espías. Ambiguo, dueño y señor del engaño, con su aspecto de hombre anodino, resulta ser capaz de ser todo un maestro de espías. Alba Galocha tiene un pequeño papel, pero la mar de interesante, bien resuelto y bien llevado. Esta joven actriz promete ser realmente grande. Destaca también la gran carecterización de los personajes históricos y reales, siendo una aproximación totalmente acertadas a la realidad. Van acompañados de un guión ágil y bien planificado, la introducción de cada nuevo personaje se hace interesante e introduce una nueva pieza en el puzzle, a medio camino entre El Golpe y El Topo.
 
Otra gran virtud de la cinta es retratar como sórdida y casposa la corrupción y el robo a esta escala. Si en el Lobo de Wall Street se intenta que el espectador empatice con los delicuentes millonarios y se envuelve de glamour todo el mundo alrededor de esto, aquí se muestra como algo decadente, sórdido y peligroso.

La cinta retrata una versión o una ficción histórica de lo que ocurrió con Luis Roldán y su dinero. Al principio del film se anuncia al espectador/a que todo es ficción, pero es el tipo de ficción que da escalofríos por lo cercana que es a la realidad. Se realiza de esta manera una crónica muy interesante del tiempo presente y de la Historia más cercana y un trabajo excelente de Alberto Rodriguez.

Recomiendo totalmente esta película de espías y la dejo en muy buen lugar.

martes, 20 de septiembre de 2016

Reseña de Ouroboros.

Ayer me sucedió algo realmente curioso, tengo amistad con el señor Fran Capa, un joven estudiante de arte dramático que hace poco tiempo filmó una película en Hornachuelos, provincia de Córdoba que se llama Ouroboros.  La cinta todavía no ha sido estrenada y se está barajando enviarla a varios festivales, no obstante he tenido la fortuna de acceder en primicia primiciosa a este pase privado en casa de mi amigo y he aquí mi impresión.

Ouroboros no es una cinta comercial para el gran pública. Es una cinta introspectiva, personal, filosófica, teosófica y muy mística. Contiene una gran carga simbólica en cada uno de sus planos y tomas de cámara, así como en la notable actuación de ambos protagonistas. Trata sobre una pareja de monjes, que tras el incendio del Monasterio de Hornachuelos, sus almas vagan sin rumbo por el Purgatorio, buscando de alguna manera la salvación eterna y llegar al Paraiso.

Cabe destacar que la película hace uso de la iluminación natural y de una preciosa fotografía usando los bellos parajes naturales donde han localizado la película y mostrando el constraste de colores, el verde de los árboles, el marrón de la tierra, el azul del cielo fundiéndose con el agua. Además la fotografía y los planos cuidados hacen que toda la cinta tenga un marcado aire de desolación personal que acompaña al dolor y el camino espiritual de los dos personajes.

La cinta me recordó en gran medida a Edipo Re de Pasolini o a la Sangre de un Poeta de Jean Cocteau. Debido a la profunda simbología que despreden cada toma de la película, el uso majestuoso de los planos secuencia y la preciosa banda sonora compuesta por Mihály Vig, compositor de las películas del director húngaro Bela Tar. En conjunto hace una obra de culto bastante interesante, que aunque no creo que sea del gusto del gran público, para un espectador atento y culto puede sacarle muchísimo jugo a toda la cinta y que da para muchísimos revisionados. Espero que sea debidamente premiada en los festivales y que esta opera prima, sea un prometedor comienzo para todos los involucrados en ella. Ojalá, si algún día llego a filmar yo algo, esté a la altura de este producto de gran calidad.


domingo, 18 de septiembre de 2016

Crítica de Trono de Sangre.

Akira Kurosawa ha sido siempre el más occidental de los directores japoneses. Su forma de filmar le supuso la censura del régimen de Tojo durante la Segunda Guerra Mundial. Queda patente que su obra es la gran triunfadora del cine japonés en Occidente, que sus influencias son John Ford y que ha sido Kurosawa el que mejor ha adaptado a Shakespeare a la gran pantalla.

Trono de Sangre, filmada en 1957, es una clara adaptación de MacBeth de Shakespeare. En ella la sombra de la traición, del engaño, de la corrupción y de las ansias de poder están omnipresnetes en todos lados. Aunque el escenario de la película cambia con respecto a la obra original, las temáticas están ahí y el desarrollo de la trama es totalmente similar.

En esta adaptación con Samurais y en el marco del Japón feudal lleno de guerras civiles el capitán Washizu, interpretador por Toshiro Mifune, es un prestigioso militar y uno de los favoritos de su señor feudal. Sin embargo el acaba ambicionando más y más y una serie de profecías le llevarán a tratar de luchar y hacerse con el poder.

De forma magistral, Kurosawa usa la climatología para crear una sensación de desolación y una atmósfera opresiva sobre el entorno en el que se desarrolla la cinta. Se crea pues un espacio fantasmagórico, donde los personajes vagan movidos por sus peores pasiones en unas ansias inmensas de poder y una ceguera ante las profecías que serán las causas de sus perdiciones.

Y lejos de ser esto un punto negativo con respecto a la cinta, es justo lo contrario, el espectador es consciente desde el primer momento de todo lo trágico que está por acontecer, las peores pasiones humanas envuelven todo el relato y predicen el desarrollo de los acontecimientos.

Esta decadencia y locura están magistralmente interpretadas por Toshiro Mifune, dando lo mejor de su carga dramática y su talento interpretativo. Kurosawa, juega con esas sensaciones, mostrándonos con un acertada fotografía en blanco y negro los diferentes momentos de tensión y de desolación. No necesita Kurosawa mostrar grandes batallas para mostrar el horror de la guerra y la decadencia. Los diálogos de los personajes, adaptados a la perfección reflejan una época de terror y caos, donde la muerte y la traición eran asuntos cotidianos.

Trono de Sangre es en todos los sentidos una película magistral, tanto la puesta en escena, la dirección, la fotografía y las interpretaciones llenan todos y cada uno de los minutos de la cinta. Tanto al principio como al final, la canción con fantasmagórica melodía relata lo que será la tragedia y como el círculo se cierra, dando paso a más historias de tragedia y traiciones en una época de guerras civiles. Kurosawa de tal manera entronca la tradición y fascinante Historia de su país con la obra de unos de los mayores dramaturgos de la literatura occidental. Una película absolutamente recomendable y todo un clásico de la Historia del Cine.

miércoles, 14 de septiembre de 2016

Crítica a Tarde para la Ira.

Raul Arévalo debuta en la dirección con esta propuesta de cine negro cañí, siguiendo la estela de la Isla Mínima, Grupo 7, Magical Girl o Celda 211.  Se podría afirmar, que existe ya un subgénero cinematográfico propio sobre este tema; crímenes, misterios, venganzas y violencia bajo la pátina de lo más cotidiano de nuestra piel de toro y de nuestra idiosincrasia, heredero del cine kinki y un impulso revitalizador de la filmografia española, tanto que ya se oyen cánticos de queja contra "otro thriller español más". No obstante sigo con atención este nuevo género y su presencia en los medios y acostumbro a no faltar a ver estas películas.

Raul Arévalo no decepciona en su primera vez tras la cámara. Opta por filmar a cámara en mano, planos subjetivos y cercanos, alarga y acorta a placer. Siempre al servicio de la narración, los planos generales son contemplativos y llenos de vida o de odio o de amor. Llega a mostrar con talento la intimidad de una pareja o la crueldad de una muerte, la soledad de los personajes o el sentimiento de la ira y como se dejan llevar por este pecado.

La película versa sobre un viaje al infierno, como Curro, interpretado por Luis Callejo, un hombre recién salido de la cárcel y que busca normalizar su vida, es arrastrado en un ad inferos por un misterioso personaje dominado por la venganza y el odio. Se establece aquí un duelo interpretativo entre Antonio de la Torre y Callejo donde la incertidumbre predomina a lo largo de todo el relato.

Tanto la fotografía como la banda sonora están deliciosamente planeadas al servicio de la violencia y la tensión de la cinta. Tambores rítmicos, casi rituales, sonando de forma constante, simbolizando este particular duelo a garrotazos. Los personajes son retratados de forma goyesca en su etapa negra, rozando lo retorcido y la pérdida total de humanidad y de sentimientos positivos en este trayecto demencial. La fotografía es de tonos cálidos y secos, evidenciando la torridez del verano peninsular y la desolación del páramo que es Castilla, tendida bajo el Sol más justiciero y con total falta de clemencia hacia los personajes.

El elenco está totalmente atrapado por sus pasiones y sus odios y se mueven presos de estos deseos y sentimientos negativos, haciendo que la tragedia sea palpable a cada momento de la película y creando una sensación de intranquilidad en el espectador conforme la película avanza.

El guión peca si acaso de ser un poco tramposo y dejar algunos cabos sueltos sin resolver o que se dan por supuestos, no obstante no deja de ser un producto de altísima y notable calidad, demostrando que con pocos medios se pueden hacer grandes productos culturales y muy a la altura. Una película no apta para cualquier estómago pero sin embargo, altamente recomendable.

Crítica a Los Hombres Libres de Jones.

El director Gary Ross presenta un correcto drama sobre la Guerra de Secesión Estadounidense. Parece que al otro lado del Atlántico, las heridas del conflicto civil no terminan de cerrarse y el rebrote de racismo y de muertes violentas de personas negras a manos de agentes de la ley, así como las revueltas del año pasado de Baltimore evidencian estas tensiones creadas.

Free State of Jones da una cuidada mirada a esta bruma de la Historia, como decía Braudel. Se trata de una anécdota que apenas altera el curso de la Historia y que sin embargo es una aventura que merece ser conocida y que merece ser contada. La rebelión del condado de Jones no supuso un vuelco en la guerra y a nivel de resolución no dejó de ser un apéndice, no obstante se suma a la larga lista de lucha por los derechos sociales y civiles en los Estados Unidos. Y es que la rebelión del Condando de Jones fue protagonizada por la masa campesina y la masa esclava liberada y estos hombres y mujeres se alzaron en armas contra un gobierno aristocrático que mandaba a los pobres a luchar por el derecho de los ricos a tener a esclavos.

Free State of Jones muestra una cuidada ambientación de la época histórica y se suma a Cold Mountain a mostrar la figura del desertor rebelde con ganas de ir a su hogar y acabar con la locura. Matthew Mcconaughey encarna a Newton Knights, el peculiar héroe de esta odisea. Un hombre asqueado de la guerra que decide desertar y que siembra el sentimiento de desidia ante la guerra entre sus compañeros. No obstante al ver las injusticias y verse en búsqueda y captura, el mismo decide volver a emprender la lucha por una causa en la que cree. Recuerda demasiado al detective Rust Cohle en True Dective, al darle el matiz de héroe taciturno, oscuro y de profundo estoicismo.  Gugu Mbatha-Raw, la contra parte femenina de McConaughey, interpreta a una esclava sanadora que además se sumará a la rebelión del Condando de Jones, correctamente interpretado y primera vez que veo a esta actriz en pantalla.

La fotografía se muestra correcta en todo momento, no es que haya un especial juego de encuadres y luces, no obstante si predominan los primeros planos emotivos sobre tal o cual personaje. Si es reseñable como se muestra en colores cálidos los momentos de romance con tonos más fríos en los momentos de tensión. La música sin embargo apenas destaca, no es una de esas bandas sonoras a recordar, ni chirría ni te hace tararear.

Aunque la película no destaca por su dirección, si mantiene el ritmo en general y el trabajo de Matthew McConaughey hace que la película avance. Veo un error en la cinta el introducir una trama paralela en un descendiente del protagonista y como un siglo después tiene que lidiar con los tribunales racistas del Estado de Mississippi.

Quizás la película también peque de cierto tono documental para una historia de tanto calado humano, en vez de apostar más por el drama épico, la película se esfuerza en ser pedagógica y agradezco ese esfuerzo, pero esa pedagogía debería de ser sutil y no ser tan obvia y a costa de restarle ritmo a la película.

Sin embargo me parece todo un acierto de casting, al mostrar las batallas que se suceden a lo largo del Condado de Jones, como se entremezclan hombres y mujeres, blancos o negros, evidenciando que esta lucha y esta revuelta no era cosa solamente de un solo hombre, si no que era un trabajo plural y en comunidad. Siendo de agradecer el poder presenciar a personas negras y blancas luchando codo con codo y a hombres y mujeres empuñando los Colt Navy y los mosquetes de chispa contra quienes iban a quitarles el trabajo de sus tierras.

Aunque oportuna y necesaria y bien hecha. Free State of Jones acaba siendo más un proyecto para personas curiosas de la Guerra Civil Americana, fans de McConaughey y personas interesadas en movimientos civiles. No obstante a mi personalmente me agradó sobradamente, aunque reconociendo los defectos de la cinta.