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sábado, 29 de octubre de 2016

Crítica a Doctor Extraño.

Los Estudios Marvel se atreven por adaptar a uno de los personajes más místicos y misteriosos de su universo de ficción e incorporarlo al Universo Cinematográfico Marvel. Y la verdad que el resultado me ha parecido cuanto menos flojo e irregular. No es que tuviera especiales esperanzas en esta película y la verdad que el personaje aunque siempre me ha resultado atractivo, tampoco es que yo sea un gran conocedor de este. Así que únicamente me voy a ceñir a lo que he visto en pantalla y lo que me ha transmitido la película.

Y antes de nada voy a enunciar las virtudes de la película. En un primer lugar, la elección de Benedict Cumberwatch me parece acertada y hace un gran trabajo y una gran caracterización. La solvencia y calidad de este actor está más que demostrada, aunque reconozco que he hecho mil chistes a su costa por lo peculiar de su nombre. La banda sonora me pareció bastante buena y con piezas realmente hermosas, recordemos que compone el ganador de un oscar Michael Giachino y crea unos temas con clavicornio que acompaña al misticismo que envuelve la cinta. Y por último los efectos especiales de la película son magistrales, dignos de ser premiados y creando una atmósfera misteriosa y mística muy acorde con la película y con el personaje a tratar.

Ahora bien, en cuanto al desarollo de la trama, la trama en sí mismo y el guión, la película hace agua por todas partes. No porque se repita la manida fórmula de película de origen de un superhéroe. Si no por como se desarrolla esta y por lo mal filmada que están las escenas de acción y el montaje hace que la película sea caótica y no resulte estética a la vista. Las escenas de acción son confusas, no hay planos claros. Los mejores planos que ofrece la película son en secuencias completamente anodinas. Por otro lado la evolución del personaje resulta precoz y artificial. Da la sensación de que el Doctor Extraño consigue su nivel de poder en un par de semanas, en ningún momento se tiene la sensación de que ha pasado un tiempo prolongado de estudio. Yo personalmente habría resuelto esto con una secuencia sin diálogos donde se viese al personaje estudiando, entrenando, el paso de los días, de las estaciones y como el héroe va progresando. Y sin embargo da la sensación de que el arrogante occidental cargado de pensamiento racionalista y crítico, asume de la noche a la mañana el dominio total de las artes místicias en las que era escéptico unos instantes antes.


Por otro lado, la cinta tiene un montaje confuso. Da la impresión de que han cortado metraje y no se ha añadido. En un momento lado dan una información sobre una tragedia acaecida y sin embargo esta no se muestra y se pasa de largo. Así mismo el guión flojea muchísimo. La mayoría de los chistes están colocados con calzador, como si fueran un cartel de aplausos para el público de un programa de entrevistas de la TV. El malo es totalmente falto de carisma y de empuje y hace que su motivación genérica no te convezca. También el desarrollo de algunos personajes es forzado y más con vistas a presentar próximos villanos/rivales que tener una construcción sólida de una trama.

Para mi gusto ha sido una de las películas más flojas de Marvel. Y la verdad, me encantan las películas de superhéroes y suelo estar predispuesto a que me gusten. Pero con esta no he podido cogerla por ningún sitio.


jueves, 27 de octubre de 2016

El fin de los mitos y los western crepusculares. Un comentario al trailer de Logan.

Es cierto que la Patrulla X ha sido bastante maltratada al ser llevada al cine en la mayoría de los casos. Dos primeros filmes pasables, una tercera película rematadamente mala. Un reboot muy decente con una secuela notablemente bien hecha y para acabar un cierre irregular con Apocalipsis. Paralelamente hemos tenido la película de Deadpool y las de Lobezno, siendo estas dos últimas bastante criticadas por los colectivos fans y no teniendo demasiada aceptación. Y sin embargo el cierre de todo esto, la película de Logan me llama notablemente la atención frente a la calidad irregular de la saga.

Me explico. El trailer es una pieza de apenas dos minutos donde suena la canción Hurt de Trent Reznor pero interpretada por el gran Johnny Cash. Quizás su voz desgarrada, sabia y anciana junto con su poderosa letra han hecho que preste atención a este trailer. Así mismo las imágenes que nos muestran sugieren un universo de ficción donde el mito de los superhéroes ha sido desterrado y arrancado. Ya no hay héroes ni heroinas. Nadie estará en la brecha para salvar a la humanidad. Y en medio de este tono crepuscular, el viejo Logan deberá hacer lo correcto.

Logan es muy probable que esté inspirada en el magistral cómics de Mark Millar The Old Logan, donde el ya mencionado personaje recorre unos Estados Unidos desbastados donde el mal ha vencido y quienes defendían el bien y la justicia han resultado muertos y desbandados. Entiendo que por los problemas de derechos entre Fox y Disney no harán algo idéntico. Pero si se mantienen leales al espíritu del álbum, espero y deseo que salga una película maravillosa.

Y tengo muchísimas ganas de ver esta película porque me encantan las historias de este tipo. El fin de los mitos, la caída de los sueños, los héroes en retirada, las oportunidades perdidas y los errores acumulados. Ya reseñé en este blog la estupenda Lancelot du Lac de Robert Bresson pero esta temática no es solo inherente al fin del Mito Artúrico o a una eventual distopía de un mundo de superhéroes. Esta temática también es muy importante y queda muy marcada en otro mito contemporáneo que es el del Western.

Sam Peckimpah es el que mejor plantea, con su lírica audiovisual, estos momentos en su cine. Son especialmente reseñables en este caso las magistrales Wild Bunch y Patt Garret & Billy The Kid.  De esta última me gustaría señalar la siguiente escena, donde Peckimpah trata con un lirismo, un cariño y un respeto, la muerte de un personaje secundario con la música de Bob Dylan de fondo.
También es de destacar en Grupo Salvaje como esa temática de la amistad traicionada y el mito caido acompaña a toda la película, incluyendo su brutal climax en una horda de destrucción en medio de la amistad más cercana al amor que se ha visto en el cine. Peckimpah no fue el único ni fue el primero en tratar esta temática del mito que finaliza. Ahí estaba John Ford y su buen amigo John Wayne con la magistral The Man Who Shot Liberty Valance. En esta película, filmada en blanco y negro, se nos muestra como una época y un mito se agotan. Y es que la verdad que venían tiempos donde el cine dejaba de ser tan inocente. Ford lo sabía y era consciente y así lo retrató. Retrató un western de un villano terrible y de dos hombres honestos. Uno que viene del mundo urbano con leyes y reglas y otro de la frontera acostumbrado a la crueldad cotidana del Oeste. Este último, Tom Doniphon interpretado por John Wayne, es el personaje que más triste y meláncolico me resulta. Pues siendo consciente de que su tiempo se ha agotado, de que su fin está cerca y ya no tiene lugar en este mundo, decide aún así hacer lo correcto, aunque de esta forma se condene a sí mismo, a sus ilusiones con la persona que ama, a su futuro y a todo. Ford también toca esta temática crepuscular en The Searcher. Esta vez John Wayne encarna a Ethan Edward, que durante 8 años cabalgará el odio por todo el Oeste y como esa búsqueda le destruirá y le alejará de todo vínculo y cualquier estabilidad. Y es que John Ford lo tenía claro. El oeste es un mito, los mitos solo existen en el imaginario colectivo, pero en cuanto rascas un poco dan lugar a la colección de genocidas, asesinos y personas terribles que encumbraron esos mitos.

Queda por hablar de un último hombre en esta disertación y es de Clint Eastwood en la tenebrosa y ominosa Unforgiven. Aquí vemos la verdadera cara del Oeste. Quienes formaban ese mito con el que se ha forjado los EEUU y como se ha forjado gran parte del imaginario colectivo actual. Y Clint Eastwood lo muestra sin piedad y sin escrúpulos bajo la figura de William Muny. Un bandido, cazarrecompensas y criminal. Que aunque busque la redención y el tratar de vivir de forma digna, al final su propio pasado y sus peores instintos saldrán a relucir.  Unforgiven es la esencia de lo que supone el fin de un mito, el mostrarnos que los peores capítulos de la Historia los forjaron hombres como William Muney, canallas despiadados que no les temblaba la mano en masacrar al prójimo y en arrasar con todo.

Y tras todo este largo texto, concluyo que si Logan se mantiene en unos postulados cercanos a estos. Aunque tenga un final feliz, aunque el héroe alcance la redención, aunque culmine felizmente sus asuntos, la película será un buen título. Pero sobre todo, ruego porque tengan seriedad en la filmación de esta película y en el tratamiento de algo tan serio y tan profundo como es el fin de un mito.

sábado, 22 de octubre de 2016

Crítica de la Fiesta de las Salchichas.

Ayer casi de casualidad acabé entrando a ver La Fiesta de las Salchichas. No tenía absolutamente ningún interés en ver la película y la promoción de la cinta como película de animación para adultos cargada de humor soez tampoco me resultaba atractiva. Pero cuando te ves cerca de las 12:30 en la puerta del cine, tampoco es que hubiera mucho que escoger, así que nos decidimos a entrar a ver esta película.


La verdad que la película es completamente inclasificable. Por un lado rebosa de humor soez, de grano grueso y casposo, en ocasiones racista y sexista que hace dar vergüenza ajena al espectador. Pero por otro lado la película se desvela como una carga de profundidad contra el orden establecido, cuestionando la razón de ser de las religiones, la dominación por parte de los estados, el consumismo galopante y el capitalismo más atroz e incluso se atreven a dar matices filosóficos cuestionando las obras de ficción y cuestionando la propia película e incluso a la persona que va a verla.


Y la verdad que solamente esperaba las más obvias y rancias referencias fálicas y al coito sexual, cosas que por supuesto abundan y se ceban con el tema. Por no hablar de lo simplon del guión. Pero a fin de cuentas la Fiesta de las Salchichas resulta una película modesta y entretenida y que a pesar de no ser una genialidad tiene algo que decir y no se queda en la superficialidad de hacer chistes sexuales.

Imagino que en versión original, la cinta debe ganar muchos enteros por los juegos de palabras y las voces de los actores del reparto, donde contribuyen Edward Norton o Salma Hayeck al doblaje de la animación. La calidad de esta última sin embargo no es muy brillante, en el sentido de contar con menos presupuesto que las producciones habituales de Dreamworks o de Disney/Pixar.

En resumen una película totalmente inclasificable pero que a pesar de todos los pesares merece la pena.

viernes, 21 de octubre de 2016

Crítica a La Caza.

Buscando documentarme sobre películas con valor etnográfico para mi Trabajo de Fin de Máster encontré esta maravillosa película de Carlos Saura. Donde el propio Saura lleva además de la dirección, el guión junto a Angelino Fons y la producción de la película junto a Elías Querejeta. La música rítmica y ritual corre a cargo de Luis de Pablo y la fotografía mostrando todo el calor tórrido del mes de agosto es obra de Luis Cuadrado. Esta película tiene la virtud de ser una de las pocas rodada en orden de guión, solo conociendo otro caso en Mad Max Fury Road. Posiblemente amplie esta crítica para el TFM y así matar dos pájaros de un tiro.

La trama de la película consiste en cuatro hombres que deciden irse a cazar conejos a un coto de caza en medio de la nada. El lugar fue un antiguo campo de batalla de la Guerra Civil y aún se aprecian las heridas en el terreno. El sol de agosto castiga sin piedad la Meseta Castellana, el sudor llena la cara de los protagonistas. Tres viejos amigos y el cuñado de uno de ellos cogen sus armas de fuego y se van a cazar conejos. Los cuatro son de extracto pudiente, los cuatro van al monte sin preocupación ninguna a soltar plomo a los conejos que vean.  Los cuatro protagonistas son presentados entrando en un bar de carretera y ya podemos astivar los problemas y miserias de cada cual, la separación de José (Ismael Merlo) con su mujer, los problemas con el alcohol de Luis (José María Prada) y el menosprecio por los demás del más exitoso de ellos, Paco (Alfredo Mayo) cierra el cuartero protagonista el joven Enrique (Emilio Gutierrez Caba) deseando ser aceptado en este entorno adulto y masculino. Se hace especial enfasis en esto al ser junto con Luis en pedir una bebida alcohólica. Así astibamos las preocupaciones y problemas de los cuatro.

Conforme los personajes llegan a la finca, podemos ver la edificación de miseria donde habita Juan el tullido guardés (Fernando Sánchez Polack) junto con su anciana y enferma madre (María Sánchez Aroca) y su joven sobrina Carmen (Violeta García). Aquí se puede apreciar claramente marcada la referencia a la lucha de clases y como cuatro burgueses adinerados van a pasearse repartiendo muerte por estos campos de Castilla. Como el joven Enrique es aceptado en este grupo al unir el consumo de alcohol al usar armas de fuego y disparar a los conejos. Y es que la interpretación sobre lo que es y ha sido España queda reflejado en la película totalmente. Se dice que el nombre de España significa tierra de conejos, y connotaciones sexuales aparte, el simbolismo queda bastante claro. Cuatro hombres armados matando la tierra española bajo un sol de justicia.

La fotografía de la película nos refleja el calor del páramo desolado que es Castilla la Mancha, podemos apreciar el sudor de los personajes, la forma casi fantasmal por la que se mueven en la cinta y como sus problemas y tensiones se van acumulando como una gran olla a presión en medio de este ritual de masculinidad, armas de fuego y muerte.

El propio Sam Peckimpah le llegó a reconocer a Carlos Saura que bebió de esta película para su magistral Grupo Salvaje  y a título personal creo que hasta en Perros de Paja. La Caza es una película magistral y todo un atrevimiento para la época. Como sin referir directamente a una problemática, habla abiertamente de ella y sin pudor. Que resultara Carlos Saura premiado con el Oso de de Plata de Berlín a mejor director es lo que salvó a la película de ser prohibida por la censura, además de dar a esta cinta una enorme proyección internacional, siendo admirada por directores como el ya citado Peckimpah, la Nouvelle Vague francesa o Pier Paolo Pasolini.

Lo más interesante de la película es toda la simbología que reune entre lo significantes de vivir en España, como unas buenas tierras son desaprovechadas y usadas para la caza en vez de ser cultivadas. Como el personaje más culto se tiene que sumergir en el alcoholismo para soportar la existencia, como el más joven busca la aceptación reivindicando sus rituales de paso y como le son afeadas una y otra vez las diferentes conductas más juveniles. Como bajo el sol del verano coquetean Carmen y Enrique, mientras Juan de forma precavida llama la atención a Carmen, la forma de tratar esto muestra una España de vencedores y vencidos, de dominación sin piedad.

La muerte está omnipresente en toda la cinta, y atención para personas sensibles y amantes de los animales, los disparos a los conejos son reales y los despellajamientos de estos. Luis Buñuel llegó afearle a Saura la muerte de estos animales y que me lleva de nuevo a pensar en Peckimpah y en Patt Garret and Billy the Kid cuando al principio de la película disparan sobre gallinas enterradas hasta el cuello. Se repiten los patrones de alcohol, pólvora y armas de fuego como elementos que señalan la masculinidad. El poder sobre la vida y el arrebatar a placer las vidas animales.

La Caza es un estudio sociológico y etnográfico encubierto, se profundizan en las relaciones entre vencedores y vencidos, como afloran las envidias, los celos, los vicios y como la tensión se va palpando a cada momento.  Se podría decir que La Caza es un western a la española. Y posiblemente una de las mejores películas españolas que he tenido el gusto de ver. Un thriller dramático espectacular y un completo y perfecto ritual en torno a la danza de la muerte.

miércoles, 12 de octubre de 2016

Crítica a Hardcore Henry.

Videojuegos y cine, cine y videojuegos. Dos artes que actualmente son la punta de lanza de la elaboración de productos audiovisuales. Si bien las adaptaciones de la mayoría de videojuegos al cine han resultado en productos pobres y vacíos, a la inversa ha resultado ser una unión ligeramente más fructuosa. Cabe citar obras derivadas como el clásico shooter de Nintenfo 64 Goldeneye o los juegos de Star Wars Caballeros de la Antigua República.

No obstante a nivel de técnica narrativa y planteamo audiovisual, ambas artes se nutren mutuamente en estos aspectos. No obstante se suele usar como adjetivo positivo para un juego que parece una película pero a la inversa resulta peyorativo. Eso no quiere decir que perspectivas de cámara del videojuego no se acoplen a la narración audiovisual y más en el caso del cine de acción.

Esto nos lleva a tratar la película de Hardcore Henry, siendo la primera película rodada íntegramente bajo una perspectiva en primera persona así como el debut en el mundo de la dirección de Illia Naishuller. Dando en efecto la apariencia de un videojuego donde el resto de personajes apelan al espectador/Henry en la filmación de esta cinta. Para añadir más leña al fuego, Henry es mudo, enlazando así con el clásico protagonista de FPS como Gordon Freeman en Half Life o James Paterson en Medal of Honor.

Hardcore Henry no deja de ser un experimento audiovisual filmado con una cámara Go Pro sobre la cabeza de varios especialistas en escenas de acción que se van rotando a lo largo de la película. El argumento es fantasioso y vacío y el desarrollo de la película es esperar a ver cual es la siguiente explosión o becerrada que hará Henry en la película. Así las explosiones y los tiroteos se suceden, dando la sensación de estar jugando al ordenador.

Aparte del experimento y de la nueva perspectiva la película no ofrece mucho más, únicamente para incondicionales del cine de acción y personas con interés por como emplear nuevas técnicas de filmación. No obstante entretiene bastante y su duración no es mucha, combinado con un ritmo trepidante, hace muy accesible esta forma de cine experimental.


martes, 11 de octubre de 2016

Crítica a El Espíritu de la Colmena.

Victor Erice ha sido uno de los directores que más me han citado en el máster de Cinematografía que realicé el curso pasado.  He decidido pues aproximarme a su obra y aunque breve y repleta de trabajos corales, es un director que tiene muchísimo interés, no solo por lo naturalista de sus planos si no también por como trata de forma paisajística y a modo de retrato el mundo rural.

El Espíritu de la Colmena es una rara avis dentro del cine español que se realizó durante la dictadura de Franco. En un principio planteaba ser una película de terror y tratar sobre los espíritus y al final acabó resultando un drama rural sobre la posguerra en Castilla la Mancha. Las protagonistas son dos niñas pequeñas que asisten a la proyección de El Doctor Frankestein y quedan impresionadas por el monstruo y la bondad de este. Paralelamente se desarrolla la historia de su madre, una figura casi fantasmal que pulula por la casa escribiendo cartas a un amor frustrado que nunca llegó a consumarse. El padre de las niñas, interpretado por Fernando Fernán Gomez, es un abúlico erudito que pulula entre sus panales de abejas, sus libros sobre el mundo fúngico y los cuidados de sus hijas.

A su vez podemos ver la relación entre ambas muchachas, la mayor deseosa de conocimiento y a medio camino entre la inocencia infantil y a punto de emprender el camino iniciático al mundo adulto y buscar el conocimiento de lo prohibido. Y la pequeña seguidora fiel de su hermana y discípula suya, buscando en ella todas las respuestas que tiene.

Y es que la búsqueda de respuestas sobre su impresión al ver al monstruo de Frankestein la lleva a dar con un hayazgo mucho más sorprendente que cualquier monstruo de película o de ficción. La pequeña niña acabará encontrando a un ex combatiente republicano que huye de las autoridades que le persiguen. Siendo este punto el más insólito de la cinta. Tengamos en cuenta que hasta entonces las representaciones de los republicanos en el cine español eran de personas malvadas, rencorosas y llenas de odio y sin embargo en esta cinta aparece como un hombre derrotado y perseguido, herido y vulnerable que busca esconderse y desaparecer de su persecución.

Es muy interesante el simil que plantea Victori Erice con el republicano huido y la figura del Monstruo de Frankestein. Ambos son seres bondadosos pero que sufren el rechazo y la persecución por parte de los poderes fácticos y ambos seres demuestran su bondad trabando amistad con una niña pequeña.

En el apartado técnico de la cinta destacan las tonalidades similares a la miel en la fotografía, dando la idea de que toda la acción se desarrolla en un panal. Los arreglos musicales son variaciones de piezas infantiles que evidencian aun más la mezcla de fantasía infantil con la realidad. Y es que esta película, no deja de ser una versión del Monstruo de Frankestein pero en nuestra posguerra.

Una película preciosa, imprescindible y cargada de valor y de simbolismos.

jueves, 29 de septiembre de 2016

Crítica a Los Siete Magníficos.

Esperaba con muchísimo entusiasmo e ilusión esta película dirigida por Antoine Fuqua. Es un director que no me desagrada y que sus productos de acción me parecen correctos y entretenidos y tienen lo mínimo para complacerme como espectador. Tengamos en cuenta que es un remake de la película de John Sturges y así mismo del inmortal e imperecedero film de Akira Kurosawa Los Siete Samurais.

La trama en esencia se mantiene, un villano muy malvado oprime a un pueblo de personas honestas y trabajadoras, frente a los abusos del malvado deciden buscar a siete héroes que les enseñen a luchar y que dirijan la defensa de su tierra contra las fuerzas del mal. A título personal, la trama me parece una de las mejores que jamás se han podido concebir por mente humana y me resulta profundamente emocionante. Sí es cierto que no es en absoluto original, pero me parece bella y hermosa.

Con esta premisa Nick Pizzolatto y Richard Wenk construyen un guión con esa premisa en mente. El villano resulta ser un empresario capitalista que quiere robarle las tierras a unos colonos, con la premisa de que en esas tierras hay una mina de oro y que el pretende explotar a toda costa. El villano Bartholomew Bogue es encarnado por Peter Sarsgaard en un papel despótico y lleno de maldad que hace que el espectador/a automáticamente se posicione del lado de los habitantes del valle que sufren su opresión. Quién tendrá la resolución de ir a buscar a los siete héroes será Emma Cullen, personaje interpretado por Haley Bennet.

Cada uno de los siete héroes está sumamente bien definido y caracterizado, aportando cada cual sus talentos y habilidades al equipo. El elenco que los encarna está bien escogido repartiéndose de la siguiente manera:
  • Denzel Washington como Sam Chisolm, caza recompensas y líder del equipo
  • Chris Pratt como Joshua Faraday, irlandés mujeriego, borracho y jugador. Gran habilidad con dos revólveres
  • Ethan Hawke como Goodnight Robicheaux, un ex soldado confederado y experto tirador.
  • Vincent D'Onofrio como Jack Horne, un rastreador y trampero de las montañas.
  • Byung-hun Lee como Billy Rocks, asesino y experto con los cuchillos.
  • Manuel Garcia-Rulfo como Vasquez, un fuera de la ley mexicano
  • Martin Sensmeier como Red Harvest, un guerrero comanche.

El principal defecto que le veo a la película es que ha sufrido cortes en la sala de montaje. Hace que el tramo de acción final sea un poco caótico y que no se profundice más en los personajes de Red Harvest y de Emma Cullen. Personajes interesantes pero que no da tiempo a mostrar sus tramas y sus motivaciones. Cabe decir que sin embargo, el grupo de los siete héroes está muy bien definido y cada actor da una personalidad muy delimitada y carismática a cada personaje y que se agradece el equipo multiétnico de personajes y lo bien diferenciados que están unos de otros en su estética, carácter y habilidades.

La música principal que corría a cargo del difunto James Horner fue terminada por Simon Franglen. Mantiene y respeta el tema original de Bernstein, no obstante aunque la banda sonora mantenga en tensión y sea muy adecuada a la película, Horner vuelve a hacer su habitual autoplagio y usar el ya manido "parababarará" en la partitura de forma repetida, como en Troya o en Enemigo a las Puertas.


En resumen, considero que es una película de entretenimiento digna y decente. No es una obra maestra, pero es un western atractivo y entretenido. Deja en buen lugar a la película original y espero que siga manteniendo la exigua tendencia de filmar western en los tiempos que corren. Que no en vano es mi género favorito.

martes, 27 de septiembre de 2016

Crítica a Pokémon Origins y Generations.

Me vais a permitir en esta entrada un poco apelar a la nostalgia. Yo que me considero una persona particularmente crítica con esto, resulta que he caido y he picado como un pardillo con unos cuantos productos que apelan a esta directamente. Y no, no se trata de la muy entretenida serie Stranger Things, sino de los productos de animación de Pokémon.

No me refiero al anime habitual con Ash de protagonista, si no la miniserie de Origins y la actual miniserie de Generations. Y es que pienso que nunca se ha contado desde la perspectiva narrativa ni tan bien ni con tanta calidad la historia del mundo Pokémon.  Se que es apelar a el muchacho o muchacha de 11 años que flipaba con los tazos de Pokémon, que fundió su cartucho de Game Boy y que coleccionó el álbum al completo de Pokémon. Y yo que más allá de Oro/Plata no he seguido el producto, pero sin embargo el tratamiento de Origins y Generations me parece de una calidad y un respeto abrumadores. Emanan una lealtad absoluta al videojuego original y sí aunque es un producto para fans única y exclusivamente, no deja de ser una historia bien narrada, un buen trabajo de animación y un buen planteamiento de las situaciones dramáticas.

En Origins el antagonismo está entre Red y Blue, Red es el muchacho que todos y todas que amamos Pokémon alguna vez quisimos ser. Red es un chico joven, entusiasta, con ganas de aprender y que se embarca en un viaje iniciático que le hará crecer no solo como entrenador Pokémon si no como persona. Red tiene un fuerte sentido de la justicia y aunque se equivoca y fracasa, se levanta para seguir peleando una y otra vez. Blue sin embargo, aunque es un chaval talentoso peca de ser arrogante y pendenciero. Así mismo aparece el enemigo común que es la banda criminal, de atuendo facistoide, del Team Rocket contra la que deberán enfrentarse ambos entrenadores, en especial Red.

La reorquestación de la banda sonora del juego es un trabajo excelente, la música inspira a la aventura, el deseo de conocer mundo, de viajar y de vivir emociones. Red entronca con ese espíritu que podemos ver en personajes como Tintín, Mowli, Caín y Pandora Groosvenore de como experimenta este viaje que le cambiará para siempre y le hará ser mejor persona. La música está perfectamente medida para expresar esas emociones y esos sentimientos, la intensidad de una pelea, el misterio, el calor del hogar.

Resulta especialmente reseñable el enorme y cuidado trabajo de animación, huyendo del shonen habitual y manteniendo una línea clara que no caiga en el fanservice habitual del anime, si no que el cariño del fandom venga por ser un producto de calidad y bien hilado.  Destacan también la gran calidad de las escenas de acción, el dinamismo de los combates Pokémon, en Generations resulta espectacular ver la redada contra Giovani que aparece en el episodio número 2. Es una animación bien hecha, cuidada y con una buena planificación de planos y de montaje.

Las únicas críticas negativas que le puedo hacer a Pokémon Origins y a Pokémon Generations son que son un producto que pecan demasiado en ser para fans y que una persona que no tenga ni pajolera idea de este mundillo quizás no vea lo que el colectivo fans amamos y admiramos de esto. Por otro lado es la brevedad que tiene el producto. Origins debería de haber sido una miniserie de al menos una docena de episodios para contar en detalle las muchísimas aventuras que se suceden en la primera generación del juego. En Generations los episodios apenas duran unos minutos, que sin embargo nos muestran detalles del universo de ficción que resultan muy interesantes.

Así que pido disculpas por este ataque de nostalgia y agradezco mucho que me leáis.

domingo, 25 de septiembre de 2016

Crítica de El Hombre de las Mil Caras.

Alberto Rodriguez actualmente es mi director español favorito. Sus tres últimos trabajos en la gran pantalla me han encandilado de forma bastante grata y las temáticas que ha escogido para sus cintas. Dos policíacas en lo más sórdido de la Andalucía de los 80 y 90 (Grupo 7 y La Isla Mínima) y ahora vuelve a los años 90 pero con el género de espías y tocando uno de los escándalos más sonados de la democracia española, y por desgracia no por poco habitual ni porque no sea noticia recientemente.

Rodriguez desmenuza con sumo detalle y cuidada ambientación la trama de Luis Roldán y el hombre que se encargó de sacarlo y traicionarlo, el ex agente del CESID Paco Paesa. La trama respira y enhala todo el espíritu que se puede encontrar en una novela o película de espías. Lejos del glamour de 007 aunque con cierto toque de clase y distinción. En ese aspecto la dirección artística está sumamente bien trabajada. Casas grandes y decadentes, personajes cutres pero con ínfulas de grandeza, personajes que por desgracia son muy reales y que están muy bien retratados. Vemos por ejemplo a Roldán fingiendo ser más culto de lo que realmente es a lo largo de la cinta y como se nos muestra eso. Paesa muestra ser un perdedor absoluto y definitivo, la vida que ha escogido es miserable y le aparta del camino más seguro y de la estabilidad emocional más básica.

Insistiendo en la dirección artística, la película recalca ese explendor falso que supusieron los años 90. Interiores ligeramente iluminados, casi de forma fantasmal con enormes plantas. Acompaña esto una fotografía con tonos cálidos en la mayoría de los casos para mostrar la sensación de dinamismo y tensión de la película, los tonos oscuros en las situaciones evidencian la sordidez de todo el asunto. La música a cargo de Julio de la Rosa es magistral, imperan las guitarras eléctricas que suenan de forman rítmica y con la cadencia de un martillo neumático. Totalmente acorde para la película de espías que se trata.

Las interpretaciones del trío de protagonistas son impecables, José Coronado ejerciendo de narrador de la película en el personaje (ficticio) de Jesús Camoes, quizás el personaje más aventurero y el más parecido al arquetipo del espía como 007. Guaperas, carismático y seductor y sin embargo totalmente alejado del verdadero espía, Paco Paesa. Este ,interpretado por Eduard Fernández, su personaje es totalmente un maestro de espías. Ambiguo, dueño y señor del engaño, con su aspecto de hombre anodino, resulta ser capaz de ser todo un maestro de espías. Alba Galocha tiene un pequeño papel, pero la mar de interesante, bien resuelto y bien llevado. Esta joven actriz promete ser realmente grande. Destaca también la gran carecterización de los personajes históricos y reales, siendo una aproximación totalmente acertadas a la realidad. Van acompañados de un guión ágil y bien planificado, la introducción de cada nuevo personaje se hace interesante e introduce una nueva pieza en el puzzle, a medio camino entre El Golpe y El Topo.
 
Otra gran virtud de la cinta es retratar como sórdida y casposa la corrupción y el robo a esta escala. Si en el Lobo de Wall Street se intenta que el espectador empatice con los delicuentes millonarios y se envuelve de glamour todo el mundo alrededor de esto, aquí se muestra como algo decadente, sórdido y peligroso.

La cinta retrata una versión o una ficción histórica de lo que ocurrió con Luis Roldán y su dinero. Al principio del film se anuncia al espectador/a que todo es ficción, pero es el tipo de ficción que da escalofríos por lo cercana que es a la realidad. Se realiza de esta manera una crónica muy interesante del tiempo presente y de la Historia más cercana y un trabajo excelente de Alberto Rodriguez.

Recomiendo totalmente esta película de espías y la dejo en muy buen lugar.

martes, 20 de septiembre de 2016

Reseña de Ouroboros.

Ayer me sucedió algo realmente curioso, tengo amistad con el señor Fran Capa, un joven estudiante de arte dramático que hace poco tiempo filmó una película en Hornachuelos, provincia de Córdoba que se llama Ouroboros.  La cinta todavía no ha sido estrenada y se está barajando enviarla a varios festivales, no obstante he tenido la fortuna de acceder en primicia primiciosa a este pase privado en casa de mi amigo y he aquí mi impresión.

Ouroboros no es una cinta comercial para el gran pública. Es una cinta introspectiva, personal, filosófica, teosófica y muy mística. Contiene una gran carga simbólica en cada uno de sus planos y tomas de cámara, así como en la notable actuación de ambos protagonistas. Trata sobre una pareja de monjes, que tras el incendio del Monasterio de Hornachuelos, sus almas vagan sin rumbo por el Purgatorio, buscando de alguna manera la salvación eterna y llegar al Paraiso.

Cabe destacar que la película hace uso de la iluminación natural y de una preciosa fotografía usando los bellos parajes naturales donde han localizado la película y mostrando el constraste de colores, el verde de los árboles, el marrón de la tierra, el azul del cielo fundiéndose con el agua. Además la fotografía y los planos cuidados hacen que toda la cinta tenga un marcado aire de desolación personal que acompaña al dolor y el camino espiritual de los dos personajes.

La cinta me recordó en gran medida a Edipo Re de Pasolini o a la Sangre de un Poeta de Jean Cocteau. Debido a la profunda simbología que despreden cada toma de la película, el uso majestuoso de los planos secuencia y la preciosa banda sonora compuesta por Mihály Vig, compositor de las películas del director húngaro Bela Tar. En conjunto hace una obra de culto bastante interesante, que aunque no creo que sea del gusto del gran público, para un espectador atento y culto puede sacarle muchísimo jugo a toda la cinta y que da para muchísimos revisionados. Espero que sea debidamente premiada en los festivales y que esta opera prima, sea un prometedor comienzo para todos los involucrados en ella. Ojalá, si algún día llego a filmar yo algo, esté a la altura de este producto de gran calidad.


domingo, 18 de septiembre de 2016

Crítica de Trono de Sangre.

Akira Kurosawa ha sido siempre el más occidental de los directores japoneses. Su forma de filmar le supuso la censura del régimen de Tojo durante la Segunda Guerra Mundial. Queda patente que su obra es la gran triunfadora del cine japonés en Occidente, que sus influencias son John Ford y que ha sido Kurosawa el que mejor ha adaptado a Shakespeare a la gran pantalla.

Trono de Sangre, filmada en 1957, es una clara adaptación de MacBeth de Shakespeare. En ella la sombra de la traición, del engaño, de la corrupción y de las ansias de poder están omnipresnetes en todos lados. Aunque el escenario de la película cambia con respecto a la obra original, las temáticas están ahí y el desarrollo de la trama es totalmente similar.

En esta adaptación con Samurais y en el marco del Japón feudal lleno de guerras civiles el capitán Washizu, interpretador por Toshiro Mifune, es un prestigioso militar y uno de los favoritos de su señor feudal. Sin embargo el acaba ambicionando más y más y una serie de profecías le llevarán a tratar de luchar y hacerse con el poder.

De forma magistral, Kurosawa usa la climatología para crear una sensación de desolación y una atmósfera opresiva sobre el entorno en el que se desarrolla la cinta. Se crea pues un espacio fantasmagórico, donde los personajes vagan movidos por sus peores pasiones en unas ansias inmensas de poder y una ceguera ante las profecías que serán las causas de sus perdiciones.

Y lejos de ser esto un punto negativo con respecto a la cinta, es justo lo contrario, el espectador es consciente desde el primer momento de todo lo trágico que está por acontecer, las peores pasiones humanas envuelven todo el relato y predicen el desarrollo de los acontecimientos.

Esta decadencia y locura están magistralmente interpretadas por Toshiro Mifune, dando lo mejor de su carga dramática y su talento interpretativo. Kurosawa, juega con esas sensaciones, mostrándonos con un acertada fotografía en blanco y negro los diferentes momentos de tensión y de desolación. No necesita Kurosawa mostrar grandes batallas para mostrar el horror de la guerra y la decadencia. Los diálogos de los personajes, adaptados a la perfección reflejan una época de terror y caos, donde la muerte y la traición eran asuntos cotidianos.

Trono de Sangre es en todos los sentidos una película magistral, tanto la puesta en escena, la dirección, la fotografía y las interpretaciones llenan todos y cada uno de los minutos de la cinta. Tanto al principio como al final, la canción con fantasmagórica melodía relata lo que será la tragedia y como el círculo se cierra, dando paso a más historias de tragedia y traiciones en una época de guerras civiles. Kurosawa de tal manera entronca la tradición y fascinante Historia de su país con la obra de unos de los mayores dramaturgos de la literatura occidental. Una película absolutamente recomendable y todo un clásico de la Historia del Cine.

miércoles, 14 de septiembre de 2016

Crítica a Tarde para la Ira.

Raul Arévalo debuta en la dirección con esta propuesta de cine negro cañí, siguiendo la estela de la Isla Mínima, Grupo 7, Magical Girl o Celda 211.  Se podría afirmar, que existe ya un subgénero cinematográfico propio sobre este tema; crímenes, misterios, venganzas y violencia bajo la pátina de lo más cotidiano de nuestra piel de toro y de nuestra idiosincrasia, heredero del cine kinki y un impulso revitalizador de la filmografia española, tanto que ya se oyen cánticos de queja contra "otro thriller español más". No obstante sigo con atención este nuevo género y su presencia en los medios y acostumbro a no faltar a ver estas películas.

Raul Arévalo no decepciona en su primera vez tras la cámara. Opta por filmar a cámara en mano, planos subjetivos y cercanos, alarga y acorta a placer. Siempre al servicio de la narración, los planos generales son contemplativos y llenos de vida o de odio o de amor. Llega a mostrar con talento la intimidad de una pareja o la crueldad de una muerte, la soledad de los personajes o el sentimiento de la ira y como se dejan llevar por este pecado.

La película versa sobre un viaje al infierno, como Curro, interpretado por Luis Callejo, un hombre recién salido de la cárcel y que busca normalizar su vida, es arrastrado en un ad inferos por un misterioso personaje dominado por la venganza y el odio. Se establece aquí un duelo interpretativo entre Antonio de la Torre y Callejo donde la incertidumbre predomina a lo largo de todo el relato.

Tanto la fotografía como la banda sonora están deliciosamente planeadas al servicio de la violencia y la tensión de la cinta. Tambores rítmicos, casi rituales, sonando de forma constante, simbolizando este particular duelo a garrotazos. Los personajes son retratados de forma goyesca en su etapa negra, rozando lo retorcido y la pérdida total de humanidad y de sentimientos positivos en este trayecto demencial. La fotografía es de tonos cálidos y secos, evidenciando la torridez del verano peninsular y la desolación del páramo que es Castilla, tendida bajo el Sol más justiciero y con total falta de clemencia hacia los personajes.

El elenco está totalmente atrapado por sus pasiones y sus odios y se mueven presos de estos deseos y sentimientos negativos, haciendo que la tragedia sea palpable a cada momento de la película y creando una sensación de intranquilidad en el espectador conforme la película avanza.

El guión peca si acaso de ser un poco tramposo y dejar algunos cabos sueltos sin resolver o que se dan por supuestos, no obstante no deja de ser un producto de altísima y notable calidad, demostrando que con pocos medios se pueden hacer grandes productos culturales y muy a la altura. Una película no apta para cualquier estómago pero sin embargo, altamente recomendable.

Crítica a Los Hombres Libres de Jones.

El director Gary Ross presenta un correcto drama sobre la Guerra de Secesión Estadounidense. Parece que al otro lado del Atlántico, las heridas del conflicto civil no terminan de cerrarse y el rebrote de racismo y de muertes violentas de personas negras a manos de agentes de la ley, así como las revueltas del año pasado de Baltimore evidencian estas tensiones creadas.

Free State of Jones da una cuidada mirada a esta bruma de la Historia, como decía Braudel. Se trata de una anécdota que apenas altera el curso de la Historia y que sin embargo es una aventura que merece ser conocida y que merece ser contada. La rebelión del condado de Jones no supuso un vuelco en la guerra y a nivel de resolución no dejó de ser un apéndice, no obstante se suma a la larga lista de lucha por los derechos sociales y civiles en los Estados Unidos. Y es que la rebelión del Condando de Jones fue protagonizada por la masa campesina y la masa esclava liberada y estos hombres y mujeres se alzaron en armas contra un gobierno aristocrático que mandaba a los pobres a luchar por el derecho de los ricos a tener a esclavos.

Free State of Jones muestra una cuidada ambientación de la época histórica y se suma a Cold Mountain a mostrar la figura del desertor rebelde con ganas de ir a su hogar y acabar con la locura. Matthew Mcconaughey encarna a Newton Knights, el peculiar héroe de esta odisea. Un hombre asqueado de la guerra que decide desertar y que siembra el sentimiento de desidia ante la guerra entre sus compañeros. No obstante al ver las injusticias y verse en búsqueda y captura, el mismo decide volver a emprender la lucha por una causa en la que cree. Recuerda demasiado al detective Rust Cohle en True Dective, al darle el matiz de héroe taciturno, oscuro y de profundo estoicismo.  Gugu Mbatha-Raw, la contra parte femenina de McConaughey, interpreta a una esclava sanadora que además se sumará a la rebelión del Condando de Jones, correctamente interpretado y primera vez que veo a esta actriz en pantalla.

La fotografía se muestra correcta en todo momento, no es que haya un especial juego de encuadres y luces, no obstante si predominan los primeros planos emotivos sobre tal o cual personaje. Si es reseñable como se muestra en colores cálidos los momentos de romance con tonos más fríos en los momentos de tensión. La música sin embargo apenas destaca, no es una de esas bandas sonoras a recordar, ni chirría ni te hace tararear.

Aunque la película no destaca por su dirección, si mantiene el ritmo en general y el trabajo de Matthew McConaughey hace que la película avance. Veo un error en la cinta el introducir una trama paralela en un descendiente del protagonista y como un siglo después tiene que lidiar con los tribunales racistas del Estado de Mississippi.

Quizás la película también peque de cierto tono documental para una historia de tanto calado humano, en vez de apostar más por el drama épico, la película se esfuerza en ser pedagógica y agradezco ese esfuerzo, pero esa pedagogía debería de ser sutil y no ser tan obvia y a costa de restarle ritmo a la película.

Sin embargo me parece todo un acierto de casting, al mostrar las batallas que se suceden a lo largo del Condado de Jones, como se entremezclan hombres y mujeres, blancos o negros, evidenciando que esta lucha y esta revuelta no era cosa solamente de un solo hombre, si no que era un trabajo plural y en comunidad. Siendo de agradecer el poder presenciar a personas negras y blancas luchando codo con codo y a hombres y mujeres empuñando los Colt Navy y los mosquetes de chispa contra quienes iban a quitarles el trabajo de sus tierras.

Aunque oportuna y necesaria y bien hecha. Free State of Jones acaba siendo más un proyecto para personas curiosas de la Guerra Civil Americana, fans de McConaughey y personas interesadas en movimientos civiles. No obstante a mi personalmente me agradó sobradamente, aunque reconociendo los defectos de la cinta.

sábado, 13 de agosto de 2016

Batman: Asalto en Arkham.

Tras el reciente chasco que ha supuesto Escuadrón Suicida de David Ayer, las tintas se han cargado contra esta burda adaptación de este título de DC Comics. Ayer ha planteado la cinta como un 12 del Patíbulo descafeinado, donde se recluta a un grupo de criminales convictos con aptitudes especiales para misiones secretas muy peligrosas. La cinta acaba resultando un frívolo festival de la licra con personajes desaprovechados, trama bastante previsible, una banda sonora escogida de tus canciones favoritas de YouTube en bucle y una fotografía con muchos colorines brillantes. Se insiste en la película sobre que malvados son los protagonistas una y otra vez, para al final resultar ser una panda de antihéroes con vínculos de solidaridad entre ellos en absoluto justificados.

En resumen, una película floja en todos los sentidos que se salva exclusivamente por las actuaciones de Will Smith y Margott Robie. Comentando el pobre, aunque ciertamente entretenido producto. Llegué ante Batman: Asalto en Arkham, una cinta de animación sobre el Escuadrón Suicida y sus arriesgadas misiones. El espíritu de 12 del Patíbulo seguía ahí, sin embargo la película alcanza una identidad propia en muchísimos sentidos y en una duración menor, lograba introducir a todos los personajes, el por qué de la misión y profundizar en las relaciones entre estos.

La película comienza planteando el conflicto que tiene Amanda Waller con Enigma, no ha podido eliminarlo y Batman lo ha encerrado en Arkham. Por ello requiere al grupo de villanos para poder recuperar la información de Enigma y deberán infiltrarse en Arkham. Waller se muestra despótica y tiránica, proteger los secretos de EEUU no tiene coste suficientemente elevado y tratará de hacer todo lo posible para tenerlos a salvo.

A modo de títulos de crédito iniciales se nos presenta a los personajes que formarán parte de esta misión y las instrucciones que se les dará para completarla. Si fracasan, desobedecen o son capturados el castigo es la muerte. Si triunfan se reducirán sus condenas. Con esta premisa la película parte y nos conduce a este grupo de villanos a esta aventura cargada de peligros y de emociones.

Las escenas de acción están animadas con bastante calidad y buena labor de animación. Son fluidas y flexibles, bien animadas y sin recursos pobres para solventar los problemas. Los diseños de los personajes son únicos y característicos. Me gustaron especialmente el de Harley Queen que con la expresión de sus ojos logra dar auténtico miedo y crear desconcierto y el de Capitán Boomerang con su gesto sardónico de australiano del infierno. La química entre personajes es genial, muestra lo que son un grupo de villanos obligados a combatir codo con codo por las circustancias. Muestran sus sentimientos egoistas y su deseo de escapar y supervivencia.

La película consigue ser un conjunto muy digno y bien resuelto, en su corta duración presenta a los personajes, sus motivaciones y la trama. Así mismo las diferentes tramas secundarias están bien entroncadas y logran resolverse todas y cada una de ellas con acierto.

Si os dejó mal sabor de boca El Escuadrón Suicida, la dirección de Jay Oliva e Ethan Spaulding no os desfraudará en Batman: Asalto en Arkham. Aunque con el pequeño matiz de que Batman es un secundario de la trama, siendo los protagonistas absolutos los miembros del Escuadrón Suicida.

Una película absolutamente recomendable.

jueves, 11 de agosto de 2016

La Vida Secreta de Walter Mitty.

Este amable remake dirigido y protagonizado por Ben Stiller  nos narra la vida de un hombre normal y corriente. Podría ser cualquiera de las personas que lee esto, podría ser yo mismo. Es un hombre amable, con un trabajo sacrificado y una vida sensible. Stiller nos presenta a Mitty como un hombre inseguro, con tendencia a la fantasía y a soñar. El personaje desconecta y se imagina situaciones fantásticas donde aparece como un épico héroe de acción resolviendo problemas.

Con sensibilidad, Stiller hace que al ver la película empatices y te identifiques con Mitty ¿quién no querría ser alguna vez Batman, Superman o Wonder Woman? ¿Quién no ha soñado despierto imaginándose en situaciones increíbles y emocionantes? Esos pequeños pensamientos, secretos que todos tenemos pero que no compartimos. Esas briznas de imaginación desatada para sobrellevar el día a día y la existencia. No obstante Mitty deberá dejar su mundo de fantasía y abordar problemas reales, problemas con los que se podría decir que siempre ha soñado, pero de esta forma deberá avanzar y conocerse a sí mismo como persona.

Stiller encarna a la perfección a este hombre que en el fondo puede ser cualquiera. Con sus fantasías y sus ilusiones, con sus victorias y derrotas y  parafraseando a Kipling, tratando de igual manera a estos dos impostores. La contra parte femenina del reparto la lleva Kristen Wigg, encarnando a una persona normal y corriente, trabajadora y curranta que supondrá el flechazo de Mitty, un papel correctamente llevado.

La película se mueve mediante el buen uso del McGuffin, un negativo de una imagen de uno de los mejores fotógrafos del mundo y que mantiene una amistad a distancia y laboral con Mitty, la pérdida de este negativo impulsará a Mitty a salir adelante en la gran aventura de su vida.

Stiller dirige bien, la película contiene planos bastante cuidados y bellos, destacando la belleza de sus encuadres y la espectacularidad de los paisajes que muestra. Tanto los del mundo urbano como los del mundo rural y el mundo natural. Además la música se auna a la expresión naturalista de la fotografía dando muestras de gran belleza y sensibilidad en el trato de la película.

La Vida Secreta de Walter Mitty es una oda a la sensibilidad y a las personas soñadoras y que no dejan de usar su imaginación en su día a día, pero sin dejar que los sueños dominen. Una pequeña gran película sobre una enorme persona. Totalmente recomendable.

viernes, 17 de junio de 2016

Queimada o como hacer Historiografía en cine.

Guillo Pontecorvo es un autor profundamente político y de una carga marxista bastante importante en su obra, pues aborda las problemáticas históricas en sus filmes desde una perspectiva de lucha de clases.

En el caso de Queimada, la problemática que se aborda es la de los procesos de descolonización en América del Sur, concretamente en las Antillas y la zona caribeña. Una región con unas explotaciones agrícolas sumamente rentables y que la tierra estaba en manos de las autoridades coloniales que las explotaban teniendo a la población en un estado de esclavitud. Como en muchísimas islas del Caribe, la población originaria fue aniquilada y asesinada por la llegada de los europeos y la fuerza de trabajo recayó sobre los esclavos negros traídos del África Occidental Subsahariana.

Guillo Pontecorvo, en su imaginada Queimada hace que esta isla esté en posesión de Portugal y no de España, quizás motivos comercialización o de producción, Reino Unido no habría interferido en un aliado que además le hacía la zancadilla comercial a los intereses de la corona española. No obstante esta ambientación imaginaria sirve para ilustrar muy bien los diferentes procesos de descolonización que se llevaron a cabo tras las Guerras Napoleónicas en América del Sur.

Pontecorvo usa a Marlon Brando como representación de los agentes de la inteligencia británica dedicados a sembrar la semilla de la revolución entre negros y criollos contra el gobierno de la metrópolis. Aprovecha la obvia situación de injusticia para prender la hoguera revolucionaria que llevará a la inevitable expulsión de las fuerzas coloniales de la metrópolis.

En boca del personaje de Brando se plantea la dicotomía del verdadero fin de la esclavitud, es simplemente más barato para el patrón tener a la fuerza de trabajo asalariada que mantenerla esclava y librarse de este modo de su manutención. Este interés totalmente falto de escrúpulos llevará a las élites criollas de la isla a pronunciarse contra el gobierno colonial. Aprovechando así mismo la revolución iniciada por la base proletaria negra liderada por un humilde aguador, interpretado por Evaristo Marques.


Muestra de esta manera Pontecorvo el paso del Antiguo Régimen al Nuevo Régimen, pero como igualmente las opresiones se perpetúan, valiéndose en este caso del doble criterio económico y racial.  La cinta en conjunto está filmada con bastante solvencia, con algunos de los planos típicos que caracterizan la obra de Pontecorvo que se recrean en retratar el patetismo y la miseria de las personas desamparadas. Así mismo graba con sentido etnográfico las celebraciones populares de la masa negra oprimida, el sincretismo entre sus costumbres ancestrales y el catolicismo impuesto por los blancos, dice en ese momento el gobernador colonial de la isla "toleramos sus primitivas costumbres y su copia de las nuestras para que permanezcan tranquilos y poco a poco sus tradiciones acabarán desapareciendo dejando paso a las nuestras".

Otro ejemplo claro de la dicotomía entre las élites criollas y las bases negras queda en los diálogos memorables entre los personajes de  Brando y Marques. Brando presenta en todo momento la idea de que son los blancos quienes traen la esclavitud, pero Marques ya nunca más va a ser un títere, Marques es consciente de que solo poseen la fuerza de su trabajo y que mientras siga la explotación del ser humano por el ser humano no habrá libertad, concluye Marques en que si la civilización es cosa de blancos, el desde luego no la quiere.


El proceso histórico está detallado en muchísimos detalles, como se aborda el cambio de coyuntura entre el fin del gobierno colonial y la llegada del gobierno independiente de Queimada y como este facilita concesiones a empresas privadas británicas que a su vez correrán a sofocar las rebeliones fruto del descontento por la miseria vivida. Pues aunque nominalmente hayan dejado de ser esclavos, siguen siendo una masa oprimida explotada y sin ser dueños de la tierra que tan duramente trabajan.

En conclusión, Queimada es una película magistral que aborda magníficamente la problemática de la lucha de clase y el proceso de emancipación de América del Sur. Tiene algún fallo al colar estandartes españoles como estandartes lusos y que a fin de cuentas este proceso se dio mayoritariamente en las posesiones españolas y que en el Brasil fue ligeramente diferente. No obstante la ilustración de la problemática histórica es magistral y la técnica en la filmación de Pontecorvo acompaña adecuadamente el drama que envuelve esta ficción histórica.