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viernes, 17 de junio de 2016

Queimada o como hacer Historiografía en cine.

Guillo Pontecorvo es un autor profundamente político y de una carga marxista bastante importante en su obra, pues aborda las problemáticas históricas en sus filmes desde una perspectiva de lucha de clases.

En el caso de Queimada, la problemática que se aborda es la de los procesos de descolonización en América del Sur, concretamente en las Antillas y la zona caribeña. Una región con unas explotaciones agrícolas sumamente rentables y que la tierra estaba en manos de las autoridades coloniales que las explotaban teniendo a la población en un estado de esclavitud. Como en muchísimas islas del Caribe, la población originaria fue aniquilada y asesinada por la llegada de los europeos y la fuerza de trabajo recayó sobre los esclavos negros traídos del África Occidental Subsahariana.

Guillo Pontecorvo, en su imaginada Queimada hace que esta isla esté en posesión de Portugal y no de España, quizás motivos comercialización o de producción, Reino Unido no habría interferido en un aliado que además le hacía la zancadilla comercial a los intereses de la corona española. No obstante esta ambientación imaginaria sirve para ilustrar muy bien los diferentes procesos de descolonización que se llevaron a cabo tras las Guerras Napoleónicas en América del Sur.

Pontecorvo usa a Marlon Brando como representación de los agentes de la inteligencia británica dedicados a sembrar la semilla de la revolución entre negros y criollos contra el gobierno de la metrópolis. Aprovecha la obvia situación de injusticia para prender la hoguera revolucionaria que llevará a la inevitable expulsión de las fuerzas coloniales de la metrópolis.

En boca del personaje de Brando se plantea la dicotomía del verdadero fin de la esclavitud, es simplemente más barato para el patrón tener a la fuerza de trabajo asalariada que mantenerla esclava y librarse de este modo de su manutención. Este interés totalmente falto de escrúpulos llevará a las élites criollas de la isla a pronunciarse contra el gobierno colonial. Aprovechando así mismo la revolución iniciada por la base proletaria negra liderada por un humilde aguador, interpretado por Evaristo Marques.


Muestra de esta manera Pontecorvo el paso del Antiguo Régimen al Nuevo Régimen, pero como igualmente las opresiones se perpetúan, valiéndose en este caso del doble criterio económico y racial.  La cinta en conjunto está filmada con bastante solvencia, con algunos de los planos típicos que caracterizan la obra de Pontecorvo que se recrean en retratar el patetismo y la miseria de las personas desamparadas. Así mismo graba con sentido etnográfico las celebraciones populares de la masa negra oprimida, el sincretismo entre sus costumbres ancestrales y el catolicismo impuesto por los blancos, dice en ese momento el gobernador colonial de la isla "toleramos sus primitivas costumbres y su copia de las nuestras para que permanezcan tranquilos y poco a poco sus tradiciones acabarán desapareciendo dejando paso a las nuestras".

Otro ejemplo claro de la dicotomía entre las élites criollas y las bases negras queda en los diálogos memorables entre los personajes de  Brando y Marques. Brando presenta en todo momento la idea de que son los blancos quienes traen la esclavitud, pero Marques ya nunca más va a ser un títere, Marques es consciente de que solo poseen la fuerza de su trabajo y que mientras siga la explotación del ser humano por el ser humano no habrá libertad, concluye Marques en que si la civilización es cosa de blancos, el desde luego no la quiere.


El proceso histórico está detallado en muchísimos detalles, como se aborda el cambio de coyuntura entre el fin del gobierno colonial y la llegada del gobierno independiente de Queimada y como este facilita concesiones a empresas privadas británicas que a su vez correrán a sofocar las rebeliones fruto del descontento por la miseria vivida. Pues aunque nominalmente hayan dejado de ser esclavos, siguen siendo una masa oprimida explotada y sin ser dueños de la tierra que tan duramente trabajan.

En conclusión, Queimada es una película magistral que aborda magníficamente la problemática de la lucha de clase y el proceso de emancipación de América del Sur. Tiene algún fallo al colar estandartes españoles como estandartes lusos y que a fin de cuentas este proceso se dio mayoritariamente en las posesiones españolas y que en el Brasil fue ligeramente diferente. No obstante la ilustración de la problemática histórica es magistral y la técnica en la filmación de Pontecorvo acompaña adecuadamente el drama que envuelve esta ficción histórica.