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sábado, 29 de octubre de 2016

Crítica a Doctor Extraño.

Los Estudios Marvel se atreven por adaptar a uno de los personajes más místicos y misteriosos de su universo de ficción e incorporarlo al Universo Cinematográfico Marvel. Y la verdad que el resultado me ha parecido cuanto menos flojo e irregular. No es que tuviera especiales esperanzas en esta película y la verdad que el personaje aunque siempre me ha resultado atractivo, tampoco es que yo sea un gran conocedor de este. Así que únicamente me voy a ceñir a lo que he visto en pantalla y lo que me ha transmitido la película.

Y antes de nada voy a enunciar las virtudes de la película. En un primer lugar, la elección de Benedict Cumberwatch me parece acertada y hace un gran trabajo y una gran caracterización. La solvencia y calidad de este actor está más que demostrada, aunque reconozco que he hecho mil chistes a su costa por lo peculiar de su nombre. La banda sonora me pareció bastante buena y con piezas realmente hermosas, recordemos que compone el ganador de un oscar Michael Giachino y crea unos temas con clavicornio que acompaña al misticismo que envuelve la cinta. Y por último los efectos especiales de la película son magistrales, dignos de ser premiados y creando una atmósfera misteriosa y mística muy acorde con la película y con el personaje a tratar.

Ahora bien, en cuanto al desarollo de la trama, la trama en sí mismo y el guión, la película hace agua por todas partes. No porque se repita la manida fórmula de película de origen de un superhéroe. Si no por como se desarrolla esta y por lo mal filmada que están las escenas de acción y el montaje hace que la película sea caótica y no resulte estética a la vista. Las escenas de acción son confusas, no hay planos claros. Los mejores planos que ofrece la película son en secuencias completamente anodinas. Por otro lado la evolución del personaje resulta precoz y artificial. Da la sensación de que el Doctor Extraño consigue su nivel de poder en un par de semanas, en ningún momento se tiene la sensación de que ha pasado un tiempo prolongado de estudio. Yo personalmente habría resuelto esto con una secuencia sin diálogos donde se viese al personaje estudiando, entrenando, el paso de los días, de las estaciones y como el héroe va progresando. Y sin embargo da la sensación de que el arrogante occidental cargado de pensamiento racionalista y crítico, asume de la noche a la mañana el dominio total de las artes místicias en las que era escéptico unos instantes antes.


Por otro lado, la cinta tiene un montaje confuso. Da la impresión de que han cortado metraje y no se ha añadido. En un momento lado dan una información sobre una tragedia acaecida y sin embargo esta no se muestra y se pasa de largo. Así mismo el guión flojea muchísimo. La mayoría de los chistes están colocados con calzador, como si fueran un cartel de aplausos para el público de un programa de entrevistas de la TV. El malo es totalmente falto de carisma y de empuje y hace que su motivación genérica no te convezca. También el desarrollo de algunos personajes es forzado y más con vistas a presentar próximos villanos/rivales que tener una construcción sólida de una trama.

Para mi gusto ha sido una de las películas más flojas de Marvel. Y la verdad, me encantan las películas de superhéroes y suelo estar predispuesto a que me gusten. Pero con esta no he podido cogerla por ningún sitio.


jueves, 27 de octubre de 2016

El fin de los mitos y los western crepusculares. Un comentario al trailer de Logan.

Es cierto que la Patrulla X ha sido bastante maltratada al ser llevada al cine en la mayoría de los casos. Dos primeros filmes pasables, una tercera película rematadamente mala. Un reboot muy decente con una secuela notablemente bien hecha y para acabar un cierre irregular con Apocalipsis. Paralelamente hemos tenido la película de Deadpool y las de Lobezno, siendo estas dos últimas bastante criticadas por los colectivos fans y no teniendo demasiada aceptación. Y sin embargo el cierre de todo esto, la película de Logan me llama notablemente la atención frente a la calidad irregular de la saga.

Me explico. El trailer es una pieza de apenas dos minutos donde suena la canción Hurt de Trent Reznor pero interpretada por el gran Johnny Cash. Quizás su voz desgarrada, sabia y anciana junto con su poderosa letra han hecho que preste atención a este trailer. Así mismo las imágenes que nos muestran sugieren un universo de ficción donde el mito de los superhéroes ha sido desterrado y arrancado. Ya no hay héroes ni heroinas. Nadie estará en la brecha para salvar a la humanidad. Y en medio de este tono crepuscular, el viejo Logan deberá hacer lo correcto.

Logan es muy probable que esté inspirada en el magistral cómics de Mark Millar The Old Logan, donde el ya mencionado personaje recorre unos Estados Unidos desbastados donde el mal ha vencido y quienes defendían el bien y la justicia han resultado muertos y desbandados. Entiendo que por los problemas de derechos entre Fox y Disney no harán algo idéntico. Pero si se mantienen leales al espíritu del álbum, espero y deseo que salga una película maravillosa.

Y tengo muchísimas ganas de ver esta película porque me encantan las historias de este tipo. El fin de los mitos, la caída de los sueños, los héroes en retirada, las oportunidades perdidas y los errores acumulados. Ya reseñé en este blog la estupenda Lancelot du Lac de Robert Bresson pero esta temática no es solo inherente al fin del Mito Artúrico o a una eventual distopía de un mundo de superhéroes. Esta temática también es muy importante y queda muy marcada en otro mito contemporáneo que es el del Western.

Sam Peckimpah es el que mejor plantea, con su lírica audiovisual, estos momentos en su cine. Son especialmente reseñables en este caso las magistrales Wild Bunch y Patt Garret & Billy The Kid.  De esta última me gustaría señalar la siguiente escena, donde Peckimpah trata con un lirismo, un cariño y un respeto, la muerte de un personaje secundario con la música de Bob Dylan de fondo.
También es de destacar en Grupo Salvaje como esa temática de la amistad traicionada y el mito caido acompaña a toda la película, incluyendo su brutal climax en una horda de destrucción en medio de la amistad más cercana al amor que se ha visto en el cine. Peckimpah no fue el único ni fue el primero en tratar esta temática del mito que finaliza. Ahí estaba John Ford y su buen amigo John Wayne con la magistral The Man Who Shot Liberty Valance. En esta película, filmada en blanco y negro, se nos muestra como una época y un mito se agotan. Y es que la verdad que venían tiempos donde el cine dejaba de ser tan inocente. Ford lo sabía y era consciente y así lo retrató. Retrató un western de un villano terrible y de dos hombres honestos. Uno que viene del mundo urbano con leyes y reglas y otro de la frontera acostumbrado a la crueldad cotidana del Oeste. Este último, Tom Doniphon interpretado por John Wayne, es el personaje que más triste y meláncolico me resulta. Pues siendo consciente de que su tiempo se ha agotado, de que su fin está cerca y ya no tiene lugar en este mundo, decide aún así hacer lo correcto, aunque de esta forma se condene a sí mismo, a sus ilusiones con la persona que ama, a su futuro y a todo. Ford también toca esta temática crepuscular en The Searcher. Esta vez John Wayne encarna a Ethan Edward, que durante 8 años cabalgará el odio por todo el Oeste y como esa búsqueda le destruirá y le alejará de todo vínculo y cualquier estabilidad. Y es que John Ford lo tenía claro. El oeste es un mito, los mitos solo existen en el imaginario colectivo, pero en cuanto rascas un poco dan lugar a la colección de genocidas, asesinos y personas terribles que encumbraron esos mitos.

Queda por hablar de un último hombre en esta disertación y es de Clint Eastwood en la tenebrosa y ominosa Unforgiven. Aquí vemos la verdadera cara del Oeste. Quienes formaban ese mito con el que se ha forjado los EEUU y como se ha forjado gran parte del imaginario colectivo actual. Y Clint Eastwood lo muestra sin piedad y sin escrúpulos bajo la figura de William Muny. Un bandido, cazarrecompensas y criminal. Que aunque busque la redención y el tratar de vivir de forma digna, al final su propio pasado y sus peores instintos saldrán a relucir.  Unforgiven es la esencia de lo que supone el fin de un mito, el mostrarnos que los peores capítulos de la Historia los forjaron hombres como William Muney, canallas despiadados que no les temblaba la mano en masacrar al prójimo y en arrasar con todo.

Y tras todo este largo texto, concluyo que si Logan se mantiene en unos postulados cercanos a estos. Aunque tenga un final feliz, aunque el héroe alcance la redención, aunque culmine felizmente sus asuntos, la película será un buen título. Pero sobre todo, ruego porque tengan seriedad en la filmación de esta película y en el tratamiento de algo tan serio y tan profundo como es el fin de un mito.

sábado, 22 de octubre de 2016

Crítica de la Fiesta de las Salchichas.

Ayer casi de casualidad acabé entrando a ver La Fiesta de las Salchichas. No tenía absolutamente ningún interés en ver la película y la promoción de la cinta como película de animación para adultos cargada de humor soez tampoco me resultaba atractiva. Pero cuando te ves cerca de las 12:30 en la puerta del cine, tampoco es que hubiera mucho que escoger, así que nos decidimos a entrar a ver esta película.


La verdad que la película es completamente inclasificable. Por un lado rebosa de humor soez, de grano grueso y casposo, en ocasiones racista y sexista que hace dar vergüenza ajena al espectador. Pero por otro lado la película se desvela como una carga de profundidad contra el orden establecido, cuestionando la razón de ser de las religiones, la dominación por parte de los estados, el consumismo galopante y el capitalismo más atroz e incluso se atreven a dar matices filosóficos cuestionando las obras de ficción y cuestionando la propia película e incluso a la persona que va a verla.


Y la verdad que solamente esperaba las más obvias y rancias referencias fálicas y al coito sexual, cosas que por supuesto abundan y se ceban con el tema. Por no hablar de lo simplon del guión. Pero a fin de cuentas la Fiesta de las Salchichas resulta una película modesta y entretenida y que a pesar de no ser una genialidad tiene algo que decir y no se queda en la superficialidad de hacer chistes sexuales.

Imagino que en versión original, la cinta debe ganar muchos enteros por los juegos de palabras y las voces de los actores del reparto, donde contribuyen Edward Norton o Salma Hayeck al doblaje de la animación. La calidad de esta última sin embargo no es muy brillante, en el sentido de contar con menos presupuesto que las producciones habituales de Dreamworks o de Disney/Pixar.

En resumen una película totalmente inclasificable pero que a pesar de todos los pesares merece la pena.

viernes, 21 de octubre de 2016

Crítica a La Caza.

Buscando documentarme sobre películas con valor etnográfico para mi Trabajo de Fin de Máster encontré esta maravillosa película de Carlos Saura. Donde el propio Saura lleva además de la dirección, el guión junto a Angelino Fons y la producción de la película junto a Elías Querejeta. La música rítmica y ritual corre a cargo de Luis de Pablo y la fotografía mostrando todo el calor tórrido del mes de agosto es obra de Luis Cuadrado. Esta película tiene la virtud de ser una de las pocas rodada en orden de guión, solo conociendo otro caso en Mad Max Fury Road. Posiblemente amplie esta crítica para el TFM y así matar dos pájaros de un tiro.

La trama de la película consiste en cuatro hombres que deciden irse a cazar conejos a un coto de caza en medio de la nada. El lugar fue un antiguo campo de batalla de la Guerra Civil y aún se aprecian las heridas en el terreno. El sol de agosto castiga sin piedad la Meseta Castellana, el sudor llena la cara de los protagonistas. Tres viejos amigos y el cuñado de uno de ellos cogen sus armas de fuego y se van a cazar conejos. Los cuatro son de extracto pudiente, los cuatro van al monte sin preocupación ninguna a soltar plomo a los conejos que vean.  Los cuatro protagonistas son presentados entrando en un bar de carretera y ya podemos astivar los problemas y miserias de cada cual, la separación de José (Ismael Merlo) con su mujer, los problemas con el alcohol de Luis (José María Prada) y el menosprecio por los demás del más exitoso de ellos, Paco (Alfredo Mayo) cierra el cuartero protagonista el joven Enrique (Emilio Gutierrez Caba) deseando ser aceptado en este entorno adulto y masculino. Se hace especial enfasis en esto al ser junto con Luis en pedir una bebida alcohólica. Así astibamos las preocupaciones y problemas de los cuatro.

Conforme los personajes llegan a la finca, podemos ver la edificación de miseria donde habita Juan el tullido guardés (Fernando Sánchez Polack) junto con su anciana y enferma madre (María Sánchez Aroca) y su joven sobrina Carmen (Violeta García). Aquí se puede apreciar claramente marcada la referencia a la lucha de clases y como cuatro burgueses adinerados van a pasearse repartiendo muerte por estos campos de Castilla. Como el joven Enrique es aceptado en este grupo al unir el consumo de alcohol al usar armas de fuego y disparar a los conejos. Y es que la interpretación sobre lo que es y ha sido España queda reflejado en la película totalmente. Se dice que el nombre de España significa tierra de conejos, y connotaciones sexuales aparte, el simbolismo queda bastante claro. Cuatro hombres armados matando la tierra española bajo un sol de justicia.

La fotografía de la película nos refleja el calor del páramo desolado que es Castilla la Mancha, podemos apreciar el sudor de los personajes, la forma casi fantasmal por la que se mueven en la cinta y como sus problemas y tensiones se van acumulando como una gran olla a presión en medio de este ritual de masculinidad, armas de fuego y muerte.

El propio Sam Peckimpah le llegó a reconocer a Carlos Saura que bebió de esta película para su magistral Grupo Salvaje  y a título personal creo que hasta en Perros de Paja. La Caza es una película magistral y todo un atrevimiento para la época. Como sin referir directamente a una problemática, habla abiertamente de ella y sin pudor. Que resultara Carlos Saura premiado con el Oso de de Plata de Berlín a mejor director es lo que salvó a la película de ser prohibida por la censura, además de dar a esta cinta una enorme proyección internacional, siendo admirada por directores como el ya citado Peckimpah, la Nouvelle Vague francesa o Pier Paolo Pasolini.

Lo más interesante de la película es toda la simbología que reune entre lo significantes de vivir en España, como unas buenas tierras son desaprovechadas y usadas para la caza en vez de ser cultivadas. Como el personaje más culto se tiene que sumergir en el alcoholismo para soportar la existencia, como el más joven busca la aceptación reivindicando sus rituales de paso y como le son afeadas una y otra vez las diferentes conductas más juveniles. Como bajo el sol del verano coquetean Carmen y Enrique, mientras Juan de forma precavida llama la atención a Carmen, la forma de tratar esto muestra una España de vencedores y vencidos, de dominación sin piedad.

La muerte está omnipresente en toda la cinta, y atención para personas sensibles y amantes de los animales, los disparos a los conejos son reales y los despellajamientos de estos. Luis Buñuel llegó afearle a Saura la muerte de estos animales y que me lleva de nuevo a pensar en Peckimpah y en Patt Garret and Billy the Kid cuando al principio de la película disparan sobre gallinas enterradas hasta el cuello. Se repiten los patrones de alcohol, pólvora y armas de fuego como elementos que señalan la masculinidad. El poder sobre la vida y el arrebatar a placer las vidas animales.

La Caza es un estudio sociológico y etnográfico encubierto, se profundizan en las relaciones entre vencedores y vencidos, como afloran las envidias, los celos, los vicios y como la tensión se va palpando a cada momento.  Se podría decir que La Caza es un western a la española. Y posiblemente una de las mejores películas españolas que he tenido el gusto de ver. Un thriller dramático espectacular y un completo y perfecto ritual en torno a la danza de la muerte.

miércoles, 12 de octubre de 2016

Crítica a Hardcore Henry.

Videojuegos y cine, cine y videojuegos. Dos artes que actualmente son la punta de lanza de la elaboración de productos audiovisuales. Si bien las adaptaciones de la mayoría de videojuegos al cine han resultado en productos pobres y vacíos, a la inversa ha resultado ser una unión ligeramente más fructuosa. Cabe citar obras derivadas como el clásico shooter de Nintenfo 64 Goldeneye o los juegos de Star Wars Caballeros de la Antigua República.

No obstante a nivel de técnica narrativa y planteamo audiovisual, ambas artes se nutren mutuamente en estos aspectos. No obstante se suele usar como adjetivo positivo para un juego que parece una película pero a la inversa resulta peyorativo. Eso no quiere decir que perspectivas de cámara del videojuego no se acoplen a la narración audiovisual y más en el caso del cine de acción.

Esto nos lleva a tratar la película de Hardcore Henry, siendo la primera película rodada íntegramente bajo una perspectiva en primera persona así como el debut en el mundo de la dirección de Illia Naishuller. Dando en efecto la apariencia de un videojuego donde el resto de personajes apelan al espectador/Henry en la filmación de esta cinta. Para añadir más leña al fuego, Henry es mudo, enlazando así con el clásico protagonista de FPS como Gordon Freeman en Half Life o James Paterson en Medal of Honor.

Hardcore Henry no deja de ser un experimento audiovisual filmado con una cámara Go Pro sobre la cabeza de varios especialistas en escenas de acción que se van rotando a lo largo de la película. El argumento es fantasioso y vacío y el desarrollo de la película es esperar a ver cual es la siguiente explosión o becerrada que hará Henry en la película. Así las explosiones y los tiroteos se suceden, dando la sensación de estar jugando al ordenador.

Aparte del experimento y de la nueva perspectiva la película no ofrece mucho más, únicamente para incondicionales del cine de acción y personas con interés por como emplear nuevas técnicas de filmación. No obstante entretiene bastante y su duración no es mucha, combinado con un ritmo trepidante, hace muy accesible esta forma de cine experimental.


martes, 11 de octubre de 2016

Crítica a El Espíritu de la Colmena.

Victor Erice ha sido uno de los directores que más me han citado en el máster de Cinematografía que realicé el curso pasado.  He decidido pues aproximarme a su obra y aunque breve y repleta de trabajos corales, es un director que tiene muchísimo interés, no solo por lo naturalista de sus planos si no también por como trata de forma paisajística y a modo de retrato el mundo rural.

El Espíritu de la Colmena es una rara avis dentro del cine español que se realizó durante la dictadura de Franco. En un principio planteaba ser una película de terror y tratar sobre los espíritus y al final acabó resultando un drama rural sobre la posguerra en Castilla la Mancha. Las protagonistas son dos niñas pequeñas que asisten a la proyección de El Doctor Frankestein y quedan impresionadas por el monstruo y la bondad de este. Paralelamente se desarrolla la historia de su madre, una figura casi fantasmal que pulula por la casa escribiendo cartas a un amor frustrado que nunca llegó a consumarse. El padre de las niñas, interpretado por Fernando Fernán Gomez, es un abúlico erudito que pulula entre sus panales de abejas, sus libros sobre el mundo fúngico y los cuidados de sus hijas.

A su vez podemos ver la relación entre ambas muchachas, la mayor deseosa de conocimiento y a medio camino entre la inocencia infantil y a punto de emprender el camino iniciático al mundo adulto y buscar el conocimiento de lo prohibido. Y la pequeña seguidora fiel de su hermana y discípula suya, buscando en ella todas las respuestas que tiene.

Y es que la búsqueda de respuestas sobre su impresión al ver al monstruo de Frankestein la lleva a dar con un hayazgo mucho más sorprendente que cualquier monstruo de película o de ficción. La pequeña niña acabará encontrando a un ex combatiente republicano que huye de las autoridades que le persiguen. Siendo este punto el más insólito de la cinta. Tengamos en cuenta que hasta entonces las representaciones de los republicanos en el cine español eran de personas malvadas, rencorosas y llenas de odio y sin embargo en esta cinta aparece como un hombre derrotado y perseguido, herido y vulnerable que busca esconderse y desaparecer de su persecución.

Es muy interesante el simil que plantea Victori Erice con el republicano huido y la figura del Monstruo de Frankestein. Ambos son seres bondadosos pero que sufren el rechazo y la persecución por parte de los poderes fácticos y ambos seres demuestran su bondad trabando amistad con una niña pequeña.

En el apartado técnico de la cinta destacan las tonalidades similares a la miel en la fotografía, dando la idea de que toda la acción se desarrolla en un panal. Los arreglos musicales son variaciones de piezas infantiles que evidencian aun más la mezcla de fantasía infantil con la realidad. Y es que esta película, no deja de ser una versión del Monstruo de Frankestein pero en nuestra posguerra.

Una película preciosa, imprescindible y cargada de valor y de simbolismos.