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sábado, 13 de agosto de 2016

Batman: Asalto en Arkham.

Tras el reciente chasco que ha supuesto Escuadrón Suicida de David Ayer, las tintas se han cargado contra esta burda adaptación de este título de DC Comics. Ayer ha planteado la cinta como un 12 del Patíbulo descafeinado, donde se recluta a un grupo de criminales convictos con aptitudes especiales para misiones secretas muy peligrosas. La cinta acaba resultando un frívolo festival de la licra con personajes desaprovechados, trama bastante previsible, una banda sonora escogida de tus canciones favoritas de YouTube en bucle y una fotografía con muchos colorines brillantes. Se insiste en la película sobre que malvados son los protagonistas una y otra vez, para al final resultar ser una panda de antihéroes con vínculos de solidaridad entre ellos en absoluto justificados.

En resumen, una película floja en todos los sentidos que se salva exclusivamente por las actuaciones de Will Smith y Margott Robie. Comentando el pobre, aunque ciertamente entretenido producto. Llegué ante Batman: Asalto en Arkham, una cinta de animación sobre el Escuadrón Suicida y sus arriesgadas misiones. El espíritu de 12 del Patíbulo seguía ahí, sin embargo la película alcanza una identidad propia en muchísimos sentidos y en una duración menor, lograba introducir a todos los personajes, el por qué de la misión y profundizar en las relaciones entre estos.

La película comienza planteando el conflicto que tiene Amanda Waller con Enigma, no ha podido eliminarlo y Batman lo ha encerrado en Arkham. Por ello requiere al grupo de villanos para poder recuperar la información de Enigma y deberán infiltrarse en Arkham. Waller se muestra despótica y tiránica, proteger los secretos de EEUU no tiene coste suficientemente elevado y tratará de hacer todo lo posible para tenerlos a salvo.

A modo de títulos de crédito iniciales se nos presenta a los personajes que formarán parte de esta misión y las instrucciones que se les dará para completarla. Si fracasan, desobedecen o son capturados el castigo es la muerte. Si triunfan se reducirán sus condenas. Con esta premisa la película parte y nos conduce a este grupo de villanos a esta aventura cargada de peligros y de emociones.

Las escenas de acción están animadas con bastante calidad y buena labor de animación. Son fluidas y flexibles, bien animadas y sin recursos pobres para solventar los problemas. Los diseños de los personajes son únicos y característicos. Me gustaron especialmente el de Harley Queen que con la expresión de sus ojos logra dar auténtico miedo y crear desconcierto y el de Capitán Boomerang con su gesto sardónico de australiano del infierno. La química entre personajes es genial, muestra lo que son un grupo de villanos obligados a combatir codo con codo por las circustancias. Muestran sus sentimientos egoistas y su deseo de escapar y supervivencia.

La película consigue ser un conjunto muy digno y bien resuelto, en su corta duración presenta a los personajes, sus motivaciones y la trama. Así mismo las diferentes tramas secundarias están bien entroncadas y logran resolverse todas y cada una de ellas con acierto.

Si os dejó mal sabor de boca El Escuadrón Suicida, la dirección de Jay Oliva e Ethan Spaulding no os desfraudará en Batman: Asalto en Arkham. Aunque con el pequeño matiz de que Batman es un secundario de la trama, siendo los protagonistas absolutos los miembros del Escuadrón Suicida.

Una película absolutamente recomendable.

jueves, 11 de agosto de 2016

La Vida Secreta de Walter Mitty.

Este amable remake dirigido y protagonizado por Ben Stiller  nos narra la vida de un hombre normal y corriente. Podría ser cualquiera de las personas que lee esto, podría ser yo mismo. Es un hombre amable, con un trabajo sacrificado y una vida sensible. Stiller nos presenta a Mitty como un hombre inseguro, con tendencia a la fantasía y a soñar. El personaje desconecta y se imagina situaciones fantásticas donde aparece como un épico héroe de acción resolviendo problemas.

Con sensibilidad, Stiller hace que al ver la película empatices y te identifiques con Mitty ¿quién no querría ser alguna vez Batman, Superman o Wonder Woman? ¿Quién no ha soñado despierto imaginándose en situaciones increíbles y emocionantes? Esos pequeños pensamientos, secretos que todos tenemos pero que no compartimos. Esas briznas de imaginación desatada para sobrellevar el día a día y la existencia. No obstante Mitty deberá dejar su mundo de fantasía y abordar problemas reales, problemas con los que se podría decir que siempre ha soñado, pero de esta forma deberá avanzar y conocerse a sí mismo como persona.

Stiller encarna a la perfección a este hombre que en el fondo puede ser cualquiera. Con sus fantasías y sus ilusiones, con sus victorias y derrotas y  parafraseando a Kipling, tratando de igual manera a estos dos impostores. La contra parte femenina del reparto la lleva Kristen Wigg, encarnando a una persona normal y corriente, trabajadora y curranta que supondrá el flechazo de Mitty, un papel correctamente llevado.

La película se mueve mediante el buen uso del McGuffin, un negativo de una imagen de uno de los mejores fotógrafos del mundo y que mantiene una amistad a distancia y laboral con Mitty, la pérdida de este negativo impulsará a Mitty a salir adelante en la gran aventura de su vida.

Stiller dirige bien, la película contiene planos bastante cuidados y bellos, destacando la belleza de sus encuadres y la espectacularidad de los paisajes que muestra. Tanto los del mundo urbano como los del mundo rural y el mundo natural. Además la música se auna a la expresión naturalista de la fotografía dando muestras de gran belleza y sensibilidad en el trato de la película.

La Vida Secreta de Walter Mitty es una oda a la sensibilidad y a las personas soñadoras y que no dejan de usar su imaginación en su día a día, pero sin dejar que los sueños dominen. Una pequeña gran película sobre una enorme persona. Totalmente recomendable.