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viernes, 21 de octubre de 2016

Crítica a La Caza.

Buscando documentarme sobre películas con valor etnográfico para mi Trabajo de Fin de Máster encontré esta maravillosa película de Carlos Saura. Donde el propio Saura lleva además de la dirección, el guión junto a Angelino Fons y la producción de la película junto a Elías Querejeta. La música rítmica y ritual corre a cargo de Luis de Pablo y la fotografía mostrando todo el calor tórrido del mes de agosto es obra de Luis Cuadrado. Esta película tiene la virtud de ser una de las pocas rodada en orden de guión, solo conociendo otro caso en Mad Max Fury Road. Posiblemente amplie esta crítica para el TFM y así matar dos pájaros de un tiro.

La trama de la película consiste en cuatro hombres que deciden irse a cazar conejos a un coto de caza en medio de la nada. El lugar fue un antiguo campo de batalla de la Guerra Civil y aún se aprecian las heridas en el terreno. El sol de agosto castiga sin piedad la Meseta Castellana, el sudor llena la cara de los protagonistas. Tres viejos amigos y el cuñado de uno de ellos cogen sus armas de fuego y se van a cazar conejos. Los cuatro son de extracto pudiente, los cuatro van al monte sin preocupación ninguna a soltar plomo a los conejos que vean.  Los cuatro protagonistas son presentados entrando en un bar de carretera y ya podemos astivar los problemas y miserias de cada cual, la separación de José (Ismael Merlo) con su mujer, los problemas con el alcohol de Luis (José María Prada) y el menosprecio por los demás del más exitoso de ellos, Paco (Alfredo Mayo) cierra el cuartero protagonista el joven Enrique (Emilio Gutierrez Caba) deseando ser aceptado en este entorno adulto y masculino. Se hace especial enfasis en esto al ser junto con Luis en pedir una bebida alcohólica. Así astibamos las preocupaciones y problemas de los cuatro.

Conforme los personajes llegan a la finca, podemos ver la edificación de miseria donde habita Juan el tullido guardés (Fernando Sánchez Polack) junto con su anciana y enferma madre (María Sánchez Aroca) y su joven sobrina Carmen (Violeta García). Aquí se puede apreciar claramente marcada la referencia a la lucha de clases y como cuatro burgueses adinerados van a pasearse repartiendo muerte por estos campos de Castilla. Como el joven Enrique es aceptado en este grupo al unir el consumo de alcohol al usar armas de fuego y disparar a los conejos. Y es que la interpretación sobre lo que es y ha sido España queda reflejado en la película totalmente. Se dice que el nombre de España significa tierra de conejos, y connotaciones sexuales aparte, el simbolismo queda bastante claro. Cuatro hombres armados matando la tierra española bajo un sol de justicia.

La fotografía de la película nos refleja el calor del páramo desolado que es Castilla la Mancha, podemos apreciar el sudor de los personajes, la forma casi fantasmal por la que se mueven en la cinta y como sus problemas y tensiones se van acumulando como una gran olla a presión en medio de este ritual de masculinidad, armas de fuego y muerte.

El propio Sam Peckimpah le llegó a reconocer a Carlos Saura que bebió de esta película para su magistral Grupo Salvaje  y a título personal creo que hasta en Perros de Paja. La Caza es una película magistral y todo un atrevimiento para la época. Como sin referir directamente a una problemática, habla abiertamente de ella y sin pudor. Que resultara Carlos Saura premiado con el Oso de de Plata de Berlín a mejor director es lo que salvó a la película de ser prohibida por la censura, además de dar a esta cinta una enorme proyección internacional, siendo admirada por directores como el ya citado Peckimpah, la Nouvelle Vague francesa o Pier Paolo Pasolini.

Lo más interesante de la película es toda la simbología que reune entre lo significantes de vivir en España, como unas buenas tierras son desaprovechadas y usadas para la caza en vez de ser cultivadas. Como el personaje más culto se tiene que sumergir en el alcoholismo para soportar la existencia, como el más joven busca la aceptación reivindicando sus rituales de paso y como le son afeadas una y otra vez las diferentes conductas más juveniles. Como bajo el sol del verano coquetean Carmen y Enrique, mientras Juan de forma precavida llama la atención a Carmen, la forma de tratar esto muestra una España de vencedores y vencidos, de dominación sin piedad.

La muerte está omnipresente en toda la cinta, y atención para personas sensibles y amantes de los animales, los disparos a los conejos son reales y los despellajamientos de estos. Luis Buñuel llegó afearle a Saura la muerte de estos animales y que me lleva de nuevo a pensar en Peckimpah y en Patt Garret and Billy the Kid cuando al principio de la película disparan sobre gallinas enterradas hasta el cuello. Se repiten los patrones de alcohol, pólvora y armas de fuego como elementos que señalan la masculinidad. El poder sobre la vida y el arrebatar a placer las vidas animales.

La Caza es un estudio sociológico y etnográfico encubierto, se profundizan en las relaciones entre vencedores y vencidos, como afloran las envidias, los celos, los vicios y como la tensión se va palpando a cada momento.  Se podría decir que La Caza es un western a la española. Y posiblemente una de las mejores películas españolas que he tenido el gusto de ver. Un thriller dramático espectacular y un completo y perfecto ritual en torno a la danza de la muerte.

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